Los bonos soberanos cerraron el viernes con un tono claramente positivo en la curva ley Nueva York, que volvió a liderar las subas con avances de entre 0,3% y 0,5% en la mayoría de los tramos y rendimientos firmes en la zona de 8,5% a 10,4%,mientras que los Bonares mostraron una dinámica más débil y dispersa, con algunos rebotes puntuales pero sin lograr cambiar la foto estructural del rezago.
Subieron los bonos, cayeron acciones y ADR en una semana dividida
La reacción inicial del mercado mostró que, mientras los Globales celebraron el regreso a la ley extranjera, el verdadero test será el tamaño y el costo final de la emisión 2029
En el balance semanal, los Globales volvieron a ser los ganadores: acumularon mejoras de entre 5% y 7,6%, impulsados por la expectativa de mayor normalización financiera y por el anuncio del nuevo bono 2029 bajo ley extranjera. El riesgo país trepó cuatro puntos y cerro en 627 unidades.
Los Bonares, en contraste, dejaron una semana partida, con fuertes caídas en los tramos cortos como el AL29 (–13,9%) y el AL30 (–12,7%), mientras sólo el AL38 logró cerrar en terreno positivo. El spread entre ambas curvas volvió a abrirse.
Sobre la salida a los mercados globales
Desde el equipo de research de Adcap Grupo Financiero escribieron que la medida anunciada por el equipo económico sigue a una serie de colocaciones exitosas por parte de empresas y gobiernos provinciales.
“El cupón relativamente generoso vuelve a este nuevo instrumento más atractivo que los bonos reestructurados durante la gestión Guzmán”, advirtió el broker.
El ministro Caputo señaló que la emisión cubrirá “parcialmente” el vencimiento de enero. El resto, indicó, será financiado mediante líneas bancarias (repo) y otras fuentes que aún no fueron reveladas.
“Existe mucha especulación en torno al tamaño de la nueva emisión. Creemos que el Gobierno optará por una emisión de tamaño considerable antes que una colocación excesivamente ajustada en términos de rendimiento,especialmente porque la alternativa del repo podría no resultar tan económica”, advirtió Adcap.
Desde Portfolio Personal de Inversiones (PPI) comentaron que, el anuncio los tomó “un poco por sorpresa”. En primer lugar, por el timing: “Esperábamos que la salida a los mercados internacionales se postergara hasta completar diciembre. Bajo nuestro escenario base, no vemos riesgos significativos para la acumulación de reservas que pongan en duda el pago de enero de 2026″, señalaron.
En consecuencia, es razonable pensar que el riesgo país podría retomar una trayectoria descendente y quebrar la actual lateralización en torno a 640/650 pbs,lo que habría habilitado una refinanciación a tasas más bajas, dijo el broker.
Por otro lado, “llama la atención que la estrategia oficial apueste por una duration relativamente corta (md estimada en 3,36). Desde nuestra óptica, lo más lógico era que las próximas incursiones en moneda dura apuntaran al tramo largo de la curva esperando a que este tramo opere en rendimientos de un dígito".
Señales positivas para los mercados en Argentina
Por su parte, Juan Ignacio Alra, portfolio de One618, en diálogo con El Cronista, analizó que, el Gobierno empiece a reabrir o colocar deuda en dólares, “aunque sea bajo ley local, es una señal positiva: muestra que están testeando mercado y que perciben una cierta ventana de estabilidad. Es un paso más en la normalización financiera”.
Sobre al REPO, Alra descartó que esta emisión lo deje afuera. “Son herramientas distintas: una apunta a financiamiento de mercado y la otra a manejo de reservas y curvas. Es una noticia muy reciente como para concluir que una sustituye a la otra”, advirtió.
En tanto, Auxtin Maquieyra, gerente comercial de Sailing Inversiones, señaló a este medio que el nuevo Bonar noviembre 2029 aparece como una jugada lógica del equipo económico para refinanciar los vencimientos de bonos bajo ley argentina de enero.
Según explicó, la elección del tramo medio de la curva responde a que allí el soberano encuentra hoy el menor costo de financiamiento, con rendimientos por debajo del 10% y una demanda más firme por parte de los institucionales.
“Además, se trata de un título con una estructura bullet típica, mucho más estándar y transparente que la de los bonos emitidos en la reestructuración, lo que facilita su valoración, mejora la liquidez secundaria y favorece su aceptación entre inversores globales”, señaló.
En esa línea, la operación se enmarca en la estrategia oficial de normalizar el perfil de deuda y hacer más atractivos los instrumentos, comentó el estratega.
De cara a la colocación, Maquieyra estimó que el bono debería rendir en torno al 8%, en línea con la compresión de spreads en la parte media de la curva.
“Si la licitación resulta exitosa, reforzará la señal de que el mercado está dispuesto a absorber emisiones en este tramo y bajo estructuras más tradicionales, otorgando al Tesoro mayor margen para ordenar los vencimientos y avanzar luego con emisiones bajo ley Nueva York”, concluyó.
La diversificación del financiamiento ayuda a extender la curva, reduce la dependencia de un único instrumento y muestra que el Gobierno puede salir al mercado sin esperar un gran acuerdo externo.
Consultado por este medio, Emanuel Juárez, analista de mercados de HFM, sostuvo que este tipo de movimientos “refuerzan la idea de que el Tesoro está dispuesto a testear el mercado en distintos tramos y bajo diferentes lógicas, algo que mejora la señal de normalización financiera”.
¿Desaparece el REPO? No. Pero la señal es clara: el Gobierno quiere que deje de ser percibido como indispensable. Según Juárez, esto puede interpretarse como “una manera de ganar margen de negociación y, al mismo tiempo, reducir la ansiedad del mercado respecto de la acumulación de reservas”.
Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, dijo que la reacción del mercado fue inmediata y “claramente positiva frente al anuncio de una nueva emisión del Gobierno”.
Lazzati comentó que, el bono a 2029 llegó exactamente en el punto donde los inversores querían verlo: “Un tramo medio de la curva, duration razonable y un cupón del 6,5% que, según estimaciones del mercado, apunta a una tasa final de entre 8% y 9% en dólares”.
El dato que realmente sorprendió —y para bien— fue la velocidad con la que se avanzó: “Se esperaba que una operación de este tipo recién apareciera en el primer trimestre de 2026. Ese adelanto funcionó como un catalizador inmediato: los soberanos en dólares operan con subas de entre 0,5% y 2%, mientras que los ADR argentinos en Wall Street trepan hasta 4%”.
Lazzati destacó que el timing del lanzamiento refuerza la lectura de un mercado que sigue dispuesto a absorber riesgo argentino cuando la señal es clara y consistente.
ADR y acciones
Fue una sesión negativa para las acciones de empresas argentinas que cotizan en Wall Street con bajas de casi cuatro por ciento. Encabezó Supervielle, Grupo Financiero Galicia y Edenor.
En Buenos Aires, la tendencia fue de más a menos y terminó en terreno negativo el S&P Merval que cayó más de 1,6%.





