El escenario económico previo a las elecciones nacionales refleja un clima enrarecido que no termina de superar la incertidumbre de las últimas semanas en relación al precio del dólar, el riesgo país, la inflación, las acciones y los bonos.
El mercado cambiario se recalentó ni bien el gobierno libertario perdió la elección en la Provincia de Buenos Aires, y el dólar oficial terminó septiembre superando la barrera de los $ 1500, mientras que el riesgo país volvió a escalar hasta llegar a los 1500 puntos. En paralelo, los activos argentinos tuvieron fuertes caídas.
En ese frenesí, las reservas del Banco Central (BCRA) volvieron a caer debajo de los u$s 40.000 millones que habían sobrepasado tras el acuerdo con el Fondo, y reavivaron las dudas sobre la capacidad de pago en los vencimientos de deuda para los próximos meses.
En un intento por llevar certidumbre y con la campaña electoral a la vuelta de la esquina, la Casa Rosada apostó por una serie de anuncios de alto impacto. La intervención directa del Tesoro de Estados Unidos en el mercado local de cambios y la expectativa de una línea de swap de hasta u$s 40.000 despejó inicialmente los temores entre los inversores.
Pero la cumbre entre Javier Milei y Donald Trump en la Casa Blanca volvió a sacudir las señales optimistas en el mercado, luego de que el republicano sugiriera que el apoyo norteamericano estaría condicionado al desempeño de La Libertad Avanza en los comicios del 26 de octubre.
En este contexto, el último dato de inflación correspondiente a septiembre no fue menor. El IPC se ubicó en 2,1%, por encima de la de agosto (1,9%), y volvió a superar la línea de los dos puntos, algo que no pasaba desde abril. Si bien el Gobierno destacó que la inflación núcleo desaceleró a 1,9%, no deja de ser una síntoma de alerta: desde el 1,5% de mayo, los precios no dejó de mostrar un leve pero persistente incremento.
Desde el inicio de la actual gestión, la baja de la inflación ha sido el hito más contundente del que puede presumir Milei hasta el momento. A una semana del test electoral, los economistas de la City observan con atención el escenario de desinflación y este cambio de tendencia en la dinámica inflacionaria, que podría ser un factor determinante en la recta final a los comicios del 26 de octubre. Una prueba de fuego que, sin dudas, incidirá en el futuro de la economía durante los próximos meses.
Inflación antes del 26-O: qué pasará con los precios en octubre
El último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA estimó un IPC de 2% para el décimo mes del año. Y las primeras estimaciones de los economistas tienen una mirada similar. Según LCG, en la tercera semana de octubre el rubro Alimentos y Bebidas presentó una inflación semanal del 0,9%.
"Nosotros estamos viendo una leve aceleración estas semanas, pero con la estacionalidad de los aumentos en los primeros días del mes habría que terminar de confirmarlo. Nuestra proyección está en la zona de 2,2% para octubre", indicó al El Cronista Melisa Sala, economista jefe de la consultora.
Según el informe, "en lo que va de octubre acumula un 2% de inflación" y detallaron que "en las últimas 4 semanas la inflación promedio se aceleró a 2,7% mensual y la inflación punta a punta del período se ubicó en 2,9%".
Fausto Spotorno coincidió con estas proyecciones aunque aclaró que la suba de precios "está siendo contenida por la baja cantidad de pesos en la economía". En cuánto al impacto por los movimientos del dólar, señaló que tuvo su efecto en algunos rubros pero destacó "que no está pegando en todos los precios".
"No estamos viendo a nivel semanal ninguna aceleración o desaceleración de la inflación en el dato general. En esta ocasión vamos a ver lo mismo, en el rango del 1,9 o 2,1 por ciento", sostuvo el director del Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres & Asociados.
Camilo Tiscornia, de C&T Asesores Económicos, afirmó que la evolución durante la primera quincena de octubre se mantuvo en torno al 2%. Para el director de la consultora, la evolución del dólar luego del 26 de octubre será el factor a tener en cuenta para el rumbo inflacionario.
"Acá la clave es que pase con el tipo de cambio: si se mantiene dentro de la banda de flotación después de las elecciones, que es lo que el gobierno dice que va a ser, o si eventualmente hubiera que abandonar la banda y el tipo de cambio va más por arriba. Eso va a condicionar muchísimo el cierre del año", indicó.
Efecto EE.UU.
El apoyo financiero de Estados Unidos ha adquirido una relevancia central en los despachos de Balcarce 50, y miran de cerca el posible efecto de las medidas económicas en las urnas. Para Tiscornia, con el respaldo estadounidense el gobierno busca comunicar que "no es necesario que haya nada dramático en materia de tipo de cambio después de las elecciones".
En esa línea, consideró que si al oficialismo "si le va razonablemente bien en las elecciones, el camino de la inflación seguirá siendo a la baja una vez que se calme la situación financiera y la presión con el tipo de cambio". "Si esto no es así, la inflación va a ser más alta", añadió.
De todas formas, remarcó que "los precios no tienen que ver directamente con el resultado electoral" sino que dependerá más de la corrección del tipo de cambio luego de los comicios y cómo la administración de Milei "logra contener la situación".
"Aunque hubiera un mal resultado, si el Gobierno logra mantener algo de apoyo del gobierno americano la dinámica de los precios va a ser menor. Está muy condicionado a ese factor que al resultado de la elección en sí", afirmó.
Los analistas también ponen el foco sobre la compra de pesos por parte del Tesoro norteamericano. Para Melisa Sala, estas intervenciones reducen el riesgo "de una devaluación descontrolada, eso siempre implicará un traslado a precios más acotado".
No obstante, pronosticó que el Gobierno ajustará el esquema monetario por uno "más robusto que facilite la acumulación de reservas". "Eso probablemente tenga implícito un tipo de cambio más alto", advirtió.
"Aun así con la actividad planchada, el arrastre a precios está siendo más acotado que en el pasado, atentando contra márgenes de las empresas", acotó Sala.
"Antes de cualquier otra cosa se va a tener que definir si hay un desvío o no en materia cambiaria", expresó Spotorno, haciendo énfasis en que las tensiones hoy están dominadas por "el ruido político" de la campaña.
"Una vez calmado todo eso, habrá que ver primero la tendencia. Si tiende a ser más alto que la banda superior, por ahí el Gobierno tiene que corregir la política cambiaria. Si este tipo de cambio pegando en la banda superior es consecuencia del ruido político, podrá mantener la política cambiaria. Eso vamos a ver una vez superadas las elecciones", desarrolló.
El riesgo del dólar ante una derrota electoral del Gobierno
De cara a las legislativas, los especialistas desarrollaron la hipótesis sobre una eventual caída de La Libertad Avanza y cómo condicionarían las medidas del Poder Ejecutivo para evitar un ascenso en la variación de los precios.
Tiscornia afirmó que un resultado negativo para el oficialismo se traducirá en un tipo de cambio "moviéndose en el techo de la banda por un buen tiempo" junto con una mayor demanda de dólares y una nueva caída de las reservas del BCRA.
En ese escenario, auguró que el gobierno "va a trabajar con herramientas ortodoxas". En otras palabras: la continuidad del ajuste fiscal y tasas más altas para contener el efecto inflacionario. "Es probable que se produzca algún pico de inflación más alto algunos meses y después terminaría acomodándose la situación", estimó.
La evolución del dólar luego de las elecciones será clave para el rumbo de la inflación, señalan los economistas.
"Una derrota grave obligará a tomar medidas más restrictivas para que no se escape el dólar y la inflación. Eso podría afectar la actividad económica", sostuvo Spotorno. A su entender, el otro camino a tomar sería una liberación del tipo de cambio para "darle más aire" a ese indicador, por lo que puede causar "un mayor aumento del dólar y algún impacto sobre los precios".
Y subrayó la necesidad de avanzar en el Congreso con la reforma laboral e impositiva para "mantener una política estable del tipo de cambio, competitiva y sostenida a largo plazo".
"Son fundamentales, porque esa es la forma de ganar competitividad una vez que estabilizaste la economía y donde el tipo de cambio deja de ser una variable de ajuste", completó.