Al menos por ahora, todo está en etapa de observación. Empresarios y economistas que apoyan la política económica de Mauricio Macri pusieron bajo la lupa la capacidad política del gobierno para dominar las consecuencias sociales de sus medidas económicas. La meta del Gobierno, que se mueve en medio de tarifazos, despidos y caída de la actividad, es llegar en mejores condiciones al segundo semestre, cuando esperan que se produzca una recuperación.
Todo el análisis de los primeros meses de la gestión de Macri se realizó en el Foro de Economía organizado por la Fundación Libertad.
El economista Orlando Ferreres (ocupó el cargo de viceministro de Economía de Néstor Rapanelli durante el primer mandato de Carlos Menem) fue una de las presencias centrales. Expresó con énfasis su preocupación sobre el impacto social del ajuste. "Alguien se tiene que ocupar de la ocupación y el salario", alertó el analista.
Ferreres se mostró convencido de que el aumento de tarifas, la liberación de precios y el ajuste de gastos es un sinceramiento inevitable de la herencia, que dejó el gobierno anterior, con una "enorme inflación reprimida".
Consideró que tras estas correcciones, la economía se estabilizará, la inflación cederá y habrá una situación de estancamiento o leve repunte de la actividad económica. Esto, a su entender, ocurriría bien entrada la segunda mitad del año.
"Hay una caída del mercado interno que seguirá hasta julio y agosto, el empleo empeorará, pero luego vendrá una mejora por el segundo aumento salarial", señaló el economista, quien evitó hablar de una caída del salario real sino de una "reconfiguración del consumo". Esto es: "Habrá que pagar más por los servicios y dejar de comprar alguna u otra cosa que no se podrá comprar".
En estas condiciones, hay que pasar un largo invierno. Por eso Ferreres reclamó mayor coordinación entre los funcionarios del equipo económico. "Un ministro dijo que la inflación será de entre 20 o 25% anual, mientras que otro dijo que iban a revisar esa meta, ¿a quién hay que hacerle caso?", se quejó.
El más entusiasta apoyo al plan económico llegó del titular de Fiat Argentina, Cristiano Rattazzi, para quien esta situación económica abre un potencial enorme para las empresas locales y las que inviertan en el país. Pero alertó sobre la alta inflación, la suba de la tasa de interés y el atraso cambiario.
El industrial consideró que con el actual tipo de cambio y el nivel de salarios vigentes "la Argentina no es competitiva". Sin freno, llamó a los actores sociales y políticos a tomar en cuenta que "hoy estamos en un país pobre, que debe ajustar su nivel de vida a la situación". Opinó que el nudo de inflación, dólar y tasa de interés es un rompecabezas que hay que resolver inteligentemente.
Gustavo Grobocopatel, director del grupo agropecuario Los Grobo, subrayó en cambio la necesidad de avanzar en una agenda de inclusión.
"En estos cuatro meses han cambiado muchas cosas en al dirección correcta, como es el caso de tratar e resolver los desequilibrios macroeconómicos, la integración al mundo y las cuestiones simbólicas y no tan simbólicas de las visitas de presidentes", dijo. Pero al mismo tiempo subrayó que "la preocupación más fuerte pasa por los grandes desafíos que hay en términos de la creación de empleo, la inflación y de cómo se termina de incluir o reincluir gente que estaba incluida de forma artificial".
Grobocopatel admitió que durante la gestión anterior hubo una notable redistribución pero opinó que fue reparatoria y los incentivos no siempre fueron ubicados en el lugar correcto.
El agro ya arrancó
Grobocopatel también se refirió a su especialidad: el sector agropecuario. Consideró que por las medidas tomadas a fines del año pasado, la actividad del agro va a crecer 20% este año. "Esto va a reactivar todo el ecosistema del interior de la Argentina", aseguró.
Coincidió con el titular de la fábrica de sembradoras Apache y director del Banco Nación, Carlos Castellani. El funcionario e industrial recordó que se han presentado miles de solicitudes de préstamo a tasa subsidiada que instrumentó la entidad. Ahora, espera que al menos un 50% se traduzcan en operaciones.
Considera que la recuperación del sector dependerá de la capacidad de producción. "Hay que rearmarse, creo que las ventas aumentarán entre 15% y 20%", dijo.