Está más que claro que el 5 de noviembre de 2025 quedará grabado a fuego en la historia más grande del fútbol mendocino y en lo más profundo del corazón de cada hincha de Independiente Rivadavia. Un miércoles todo azul, el del gran golpe para que la impactante consagración en la Copa Argentina se ubique como el logro más grande del que se tenga memoria y registro por estas tierras. Único y, a lo mejor, irrepetible.
La hazaña que cambió la historia futbolera de una Mendoza teñida de azul
El 5 de noviembre quedará grabado a fuego en los corazones de los hinchas de Independiente Rivadavia. Y será la letra de una de las páginas más impactantes de nuestro deporte
Con una dirigencia que con los años fue enderezando su rumbo y tomando las decisiones que tenía que tomar, con Alfredo Jesús Berti como el mejor DT en la historia del club (salvación de la categoría en el Nacional, ascenso histórico a Primera división, orden, equilibrio, juego, garra, identidad, seriedad y como frutilla del postre la obtención de la tan ansiada Copa Argentina contra viento y marea), con contrataciones de primer nivel (Sebastián Villa, Alex Arce, Sheyko Studer, Emanuel Centurión, solo por nombrar a algunos), Independiente Rivadavia fue metiéndose sin prisa pero sin pausa en la conversación de los grandes, y silbando bajito. Y ahí tenés el resultado, la foto más hermosa.
Independiente Rivadavia, el gran campeón de Mendoza.
Con gran concentración, amor propio, decisión y convicción, la Lepra soportó una final no apta para débiles y silenció a buena parte del país al levantar el trofeo federal que solo un selecto grupo de clubes sabe cuánto pesa.
Por supuesto que no fue fácil. Como para cualquier club de fútbol de una provincia ajena a Buenos Aires, al Azul del Parque le costó muchísimo conseguir este título. Es que no solo tuvo que sortear varios mano a mano bravos ante Estudiantes de Caseros, Platense, Central Córdoba, Tigre y el poderoso River Plate, sino que en el juego decisivo, ante el siempre complicado (y favorito para buena parte de la prensa nacional) Argentinos Juniors, debió luchar más de la cuenta producto de dos expulsiones, un polémico y discutible arbitraje, la lesión de su arquero titular y el sufrimiento que traen consigo los tiros desde el punto penal.
Pero se dio. Y las gargantas de los fanáticos que copan el Bautista Gargantini cada fin de semana no dan más de tanto gritar. Y está muy bien. Merecidísimo.
El alocado festejo de los jugadores de la Lepra. Merecidísimo.
Para que este periodista pudiera escribir estas líneas, antes tuvieron que pasar 112 años de buenas y malas. Y qué lujo que la profesión hoy me permita analizar y opinar sobre algo tan potente e impresionante como un ¡Independiente Rivadavia campeón nacional!
Esta primera estrella, que a su vez se convierte en el estreno de Mendoza en ese tipo de gestas ya que si bien Godoy Cruz, Gimnasia, San Martín, Huracán Las Heras y Maipú han sabido escribir páginas gloriosas no se le asemeja en nada, nada, nada, nada a lo que el pueblo leproso celebra hoy.
¡Salud, leprosos!
Supongo que allá a lo lejos donde la vista no llega, o donde la inmensidad del universo manda, estarán brindando Hugo Cirilo Mémoli, Tomás Carlovich, el "Arbolito" López y ese sinfín de ídolos que la centenaria institución del Parque supo criar y disfrutar. Y hasta mi querido viejo Luis, que fue tan pero tan hincha que por las venas se le podía ver ese amor convertido en sangre azul. Azul como el cielo. Como el cielo que Independiente Rivadavia tocó con las manos.





