Crecí universitariamente con frases como "el punto de vista crea el objeto" de Saussure o la expresión Mac Luhaneana "el medio es el mensaje". Y si bien encontré su aplicación en cada evento cotidiano, jamás pensé que la última década arrojaría un sin fin de situaciones que, dependiendo quien fuera el sujeto involucrado, significaría una u otra cosa.
Hay que destacar que la filosofía kirchnerista o pensamiento K tiene la plausible habilidad camaleónica de acomodar críticas o justificaciones dependiendo de quién o de que se hable. Este modo de situar a conveniencia los hechos, ha logrado difundirse casi como un manual de instrucción dentro de las filas del Frente para la Victoria e incluso evidenció sus incongruencias cuándo algún ejemplar K dejaba de serlo y sino basta con comparar a los Bossio o Pichetto antes y ahora.
Pero nada mejor que los ejemplos para ilustrar lo que hasta aquí he querido decir. Acudo al reciente episodio vivido por quien escribe: Un taxista K baja a un pasajero por considerarlo del Pro. El hecho para cualquier mortal está teñido de una innegable intolerancia. Pero no; para el pensamiento K es el "ejercicio del derecho de admisión" por parte del taxista y un acto de "coherencia con sus valores y principios". Pero ¿si hubiera sido a la inversa y se trataba de un chofer antiK que baja a un pasajero identificado con el FPV? Pues bien se hubiera tratado de un claro y condenable caso de "discriminación" por parte de un "repudiable exponente del paradigma imperialista".
Termina siendo preocupante, pero no menos apasionante la lógica del pensamiento kirchnerista, cuando siendo gobierno, las voces críticas eran "intentos desestabilizadores" y sus emisores "asquerosos gorilas". Pero ahora que dejaron de manejar los destinos del país, sus mensajes poco democráticos tales como: "volveremos en menos de 4 años" o "hay que tomar la calle" deben ser interpretadas desde el más puro "espíritu revolucionario" y con el dignísimo objeto de salvaguardar a la Nación.
Podemos engrosar la lista de ejemplos con la reciente imputación a su máxima figura en supuestos casos de corrupción. La que, para los fanáticos kirchneristas, constituye una clara muestra de "causas armadas" con el único objetivo de "persecución política". Pero la aparición de las empresas offshore vinculadas al presidente ni siquiera es potencialmente un delito que debería investigarse. Para los K, Macri debe ser destituido en lo inmediato.
Vi y veo gente aplaudiendo a una presidente que no se presenta a un traspaso de mando o seguidores intentando explicar la inauguración por tercera vez de un hospital que aún no funciona; rockeando con un vicepresidente procesado por quedarse con 172 millones de pesos a través de una imprenta Ciccone; justificando el circo y gran negociado del Fútbol para todos en el que se gastaron millones, pero para los jubilados no hay dinero o para el Hospital Garrahan solo hay tapitas.
Es innegable que hay millones de seguidores intelectualmente honestos y con certeras convicciones en favor de un singular fenómeno popular de la historia argentina que generó innumerables acciones dignas de destacar, pero que parecen olvidarse en el preciso instante en que un pensador K tiene más a mano el manual de interpretación y justificación hecho a su medida.
PD: Agradezco el apoyo recibido por familiares, amigos, colegas, medios de comunicación, autoridades, instituciones y seguidores. A ellos mi gratitud, aunque estoy convencido que lo importante (y no por su gravedad) es lo que pasó y no a quién le pasó.
David Klavin
Fuente: Primicias Ya