Wang describió las actuales relaciones entre ambas naciones como “en un momento crítico en el que deben definir su rumbo”, y subrayó la necesidad de seguir el consenso y la visión establecidos por los dos jefes de Estado. “Debemos fortalecer los intercambios, profundizar la comprensión mutua, evitar juicios erróneos y manejar las diferencias”, afirmó.
China está dispuesta a “mantener el diálogo y la consulta con EE. UU., abordando las preocupaciones legítimas de ambas partes con base en el principio de igualdad y el respeto mutuo”, añadió.
Por su parte, Greenberg destacó: “China necesita paz y prosperidad, Estados Unidos necesita paz y prosperidad, y ambos debemos aspirar a la grandeza en armonía”.
El 23 de marzo, el primer ministro Li Qiang se reunió con el senador estadounidense Steve Daines y un grupo de ejecutivos de empresas de la nación norteamericana, quienes se encontraban en Beijing para asistir al Foro de Desarrollo de China 2025. Durante el encuentro, Li enfatizó que “nadie sale ganando en una guerra comercial”.
Daines, del Partido Republicano, es el primer miembro del Congreso de los Estados Unidos en visitar China desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo en enero.
En una reunión separada el 22 de marzo, el vice primer ministro He Lifeng reiteró la firme oposición de China a la politización o el uso de cuestiones económicas y comerciales como armas. También señaló que ambos países tienen “intereses comunes y amplias oportunidades de cooperación”.
El comercio bilateral entre China y EE. UU. superó los u$s 680.000 millones el año pasado, y actualmente alrededor de 73.000 empresas estadounidenses invierten y operan en China.
Jake Werner, director del programa de Asia Oriental en el Instituto Quincy para la Governanza Responsable, con sede en Washington, expresó su deseo de que “se fortalezcan los lazos de amistad y se amplíen los intercambios para mejorar el entendimiento mutuo y abordar juntos los desafíos”.
Por su parte, Yu Yunquan, vicepresidente del Grupo de Comunicaciones Internacionales de China y presidente de la Academia de Estudios de China Contemporánea y el Mundo, señaló que la nueva Administración estadounidense ha implementado diversas políticas, lo que ha aumentado la incertidumbre en las relaciones entre ambos países.
El desarrollo de los lazos entre Beijing y Washington es observado de cerca por la comunidad internacional, enfatizó Yu. “Ambas naciones pueden convertirse en socios que se apoyen mutuamente y prosperen juntas. El diálogo debe prevalecer sobre la confrontación”, concluyó.