El tema “la llama olímpica más pequeña” rápidamente se volvió viral en las redes sociales después de que dos jóvenes atletas colocaran su antorcha en el corazón de una escultura gigante de copo de nieve en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, el 4 de febrero.

Muchas personas expresaron su sorpresa, comparando la escena con el pebetero que se encendió en 2008 para los Juegos Olímpicos de Verano de Beijing, que lucía una enorme llama que quemaba mucho gas por hora.

El cineasta Zhang Yimou, director en jefe de la ceremonia de apertura, afirmó que encender el pebetero fue su parte favorita de toda la noche. “Es audaz e innovador presentar una llama olímpica tan pequeña. Refleja la promoción de China de un mundo verde y de bajas emisiones”, sostuvo.

El copo de nieve gigante estaba compuesto por cientos de equivalentes más pequeños con los nombres de 91 países y regiones que participan en los Juegos. Estos pequeños copos de nieve también fueron utilizados como pancartas por quienes encabezaban el desfile de atletas. Zhang señaló que el copo de nieve gigante indica que “estamos construyendo juntos un futuro compartido” a medida que el mundo enfrenta a la pandemia de COVID-19. La pequeña llama significaba que el “fuego de la esperanza duraría para siempre”. “No estamos contando historias de China. En cambio, estamos contando una historia del mundo”, sostuvo y agregó que el concepto de la ceremonia fue totalmente diferente al utilizado en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

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Izquierda: Los niños ondean utilerías diseñadas como palomas, que simbolizan el amor y la paz, durante la ceremonia de apertura.

Izquierda: Los niños ondean utilerías diseñadas como palomas, que simbolizan el amor y la paz, durante la ceremonia de apertura.

Zhang también dirigió la ceremonia de apertura hace 14 años, cuando reunió a un elenco de 15.000 personas para mostrar los 5.000 años de historia de China y su cultura tradicional. “En 2008, estábamos ansiosos por presentar China al mundo, incluyendo quiénes somos y cómo llegamos aquí”, recordó. “Catorce años después, a medida que China se ha convertido en la segunda economía más grande y el mundo se está familiarizando cada vez más con el país, es hora de mostrar una China moderna y decirle al planeta que ‘estamos juntos’. Este es un escenario para mostrar los valores del pueblo chino. Somos iguales a todos en el mundo. Somos amigables, sinceros y románticos. Deseamos que todo el mundo esté bien”.

Se invitó a unas 3.000 personas de todos los ámbitos de la vida a participar en la ceremonia de apertura, que no contó con estrellas ni artistas profesionales. Cuando se le preguntó si estaba nerviosa cantando el himno olímpico mientras la ceremonia se transmitía en todo el mundo, Han Shuxin, de 6 años, miembro del Coro Malanhua, sostuvo que no tenía miedo de mostrar su talento vocal. El coro está integrado por 44 estudiantes de Fuping, provincia de Hebei, una zona montañosa que salió de la pobreza hace dos años. Los coristas, de 6 a 12 años, no tenían experiencia en actuar en el escenario. Sus padres son agricultores o trabajadores migrantes. Liu Kai, un maestro a cargo de los estudiantes, sostuvo que fueron seleccionados de cinco escuelas rurales. Algunas de las escuelas solo pudieron brindar clases de música a los jóvenes miembros del coro el pasado septiembre, cuando comenzaron su formación. “Algunos de ellos solo podían cantar canciones infantiles sencillas cuando los conocí. Después de cinco meses de entrenamiento, podían cantar el himno olímpico en griego”, contó Liu con orgullo.

La idea de invitar a niños de una zona montañosa vino de Zhang, el director. “China ha ayudado a mucha de su gente a salir de la pobreza en los últimos años. Estos niños de las montañas son nuestra generación futura. Debemos presentarlos al mundo”, afirmó.

Los que tenían entre 5 y 25 años representaban más del 90 % del elenco de 3.000 del 4 de febrero. Son estudiantes de escuelas y universidades de Beijing y la provincia de Hebei, que comenzaron su formación musical y de danza en otoño. Zhang señaló que, en 2008, cuando China estaba ansiosa por mostrarse al mundo, no se atrevió a invitar a niños que sabían poco de música a cantar en la ceremonia de apertura. “Ahora, no nos importa tanto si son los mejores cantantes, tienen buena apariencia o están en buena forma”, sostuvo Zhang. “Queremos que el mundo vea a jóvenes comunes y corrientes y una China moderna representada por ellos”.

En comparación con la ceremonia de apertura en 2008, que también tuvo lugar en el Estadio Nacional, conocido como el “Nido de Pájaro”, el número de miembros del elenco se redujo significativamente esta vez debido a la pandemia y al clima frío. Se hizo pleno uso de la tecnología de vanguardia para presentar un espectáculo llamativo. Chang Yu, director del departamento de ceremonias de apertura y clausura del comité organizador de Beijing 2022, sostuvo: “China ha invertido mucho en ciencia y tecnología. Con esta tecnología, pudimos organizar un espectáculo espléndido con un elenco participante.”

Las pantallas de diodos emisores de luz, o LED, cubrían una gran área del piso del estadio. Mientras más de 600 niños cantaban el tema musical de Beijing 2022, jugaban con copos de nieve proyectados en una pantalla bajo sus pies. Mediante el uso de tecnología de captura de movimiento, los jóvenes cantantes interactuaron con los copos de nieve, que cambiaron de forma y dirección según los movimientos de los niños. Chang afirmó: “Que yo sepa, es la pantalla más grande que proporciona tecnología de captura de movimiento para un grupo de tantos interpretes”.

Los anillos olímpicos hechos de hielo se elevaban desde un enorme cuadrado helado de la altura de un edificio de tres pisos. Reducir el peso de esta estructura para permitir que se desplegara con facilidad supuso un reto para los expertos científicos, que llevaron a cabo numerosos experimentos a fin de encontrar los materiales adecuados. “Levantar el cuadrado de hielo (que luego fue esculpido en anillos de hielo) fue extremadamente complicado e involucró mucha tecnología”, señaló Chang y comentó que la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Verano de 2008 contó una buena historia sobre el pasado de China, mientras que la de los Juegos de Invierno presentó una historia para el futuro. “Se trata de cómo los chinos ven el mundo, incluido cómo debemos esforzarnos por un futuro compartido”.