Para Guo Xupei, la protección de la vida marina cerca de las costas de Perú ha sido una parte clave de su trabajo desde que un tsunami azotó el país en el mes de enero.
Para Guo Xupei, la protección de la vida marina cerca de las costas de Perú ha sido una parte clave de su trabajo desde que un tsunami azotó el país en el mes de enero.
Él y sus colegas estaban trabajando en un proyecto en el puerto de Chancay cuando el tsunami, causado por la actividad volcánica submarina el día anterior cerca de Tonga en el Pacífico Sur, llegó justo cuando un barco petrolero descargaba en una terminal de refinación cercana, provocando así un derrame de petróleo.
Guo es el director de salud y seguridad ambiental de un proyecto de construcción en el puerto de Chancay que emprendieron China Harbour y CCCC Fourth Harbour Engineering, subsidiarias de China Communications Construction Company, o CCCC. La marea negra contaminó rápidamente el agua de mar alrededor del sitio del proyecto, lo que representó una seria amenaza para la vida marina local, advirtió.
“Llevamos a cabo una búsqueda exhaustiva alrededor del sitio y encontramos un pingüino peruano, una especie protegida vulnerable, cerca de la escollera secundaria. El pingüino estaba cubierto de petróleo y se movía con dificultad en el mar”. Guo contactó a la agencia local de protección animal en Perú y se aseguró de que el pingüino llegara a un centro de rescate. Desde entonces, él y su equipo han salvado muchas más aves marinas y pingüinos peculiares de las aguas contaminadas.
El equipo de Guo también suministró botes y otros equipos a la autoridad marítima local para ayudar a transportar materiales de socorro e instalar barreras de contención de petróleo para evitar que se propague a las playas públicas circundantes y cause un peligro aún mayor.
“Los constructores de CCCC se adhieren a los conceptos de desarrollo verde a través de acciones concretas”, sostuvo Gustavo Alonso Buleje Castaneda, director de la autoridad marítima local. “Los chinos no vienen aquí solo para ganar dinero, sino que también están dispuestos a hacer mucho para proteger la hermosa zona de Chancay”.
He Yun, profesora adjunta de la Facultad de Administración Pública de la Universidad de Hunan en Changsha, señaló que a medida que se profundiza la crisis ambiental y climática global, el concepto de desarrollo verde y bajo en carbono va ganando gradualmente apoyo popular. Más empresas chinas consideran el desarrollo verde y la protección del medio ambiente como factores clave para impulsar el crecimiento empresarial en los países participantes de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
“China entiende que lo ecológico es el principio fundamental de la cooperación de la Franja y la Ruta”, señaló. “El país se basa en normas y estándares respaldados universalmente para formular principios de inversión verdes y bajos en carbono, y ha obtenido grandes logros”.
El país asiático firmó más de 200 documentos de cooperación con 149 países y 32 organizaciones internacionales involucradas en la Iniciativa de la Franja y la Ruta. El año pasado, el valor del comercio de bienes entre China y los países participantes en la iniciativa alcanzó un máximo en ocho años de 11,6 billones de yuanes (u$s 1,71 billones), un 23,6 % más que en 2020 y representó el 29,7 % del comercio exterior total de China, según cifras oficiales.
En marzo, cuatro ministerios chinos publicaron un documento de política clave sobre una mayor ecologización en la Franja y la Ruta, titulado “Directrices sobre la implementación conjunta del desarrollo ecológico en la Iniciativa de la Franja y la Ruta”. Enverdecer la iniciativa significa reducir las emisiones climáticas, disminuir la contaminación y proteger la biodiversidad, y brindar al mismo tiempo mejores oportunidades económicas a los países involucrados.