A medida que China y los países de América Latina y el Caribe (ALC) profundizan su cooperación basada en el respeto mutuo y la igualdad soberana, su creciente diálogo sobre derechos humanos marca un giro hacia enfoques más inclusivos y centrados en el desarrollo, que reflejan las prioridades del Sur Global, señalaron expertos en un foro reciente en São Paulo, Brasil.

Durante la Segunda Mesa Redonda China-América Latina y el Caribe sobre Derechos Humanos celebrada el 25 de julio, funcionarios, académicos y representantes de medios de 20 países debatieron temas clave como inteligencia artificial y derechos humanos, justicia ambiental y cómo la colaboración China-ALC puede contribuir a la gobernanza global de los derechos humanos.

Yu Peng, cónsul general de China en São Paulo, afirmó que China prioriza la seguridad común para fomentar un entorno internacional más estable y propicio para la realización de los derechos humanos.

China promueve una estrategia centrada en el desarrollo y el aprendizaje mutuo entre civilizaciones, al tiempo que se opone a la injerencia en otros países bajo el pretexto de los derechos humanos, añadió.

Wang Yanwen, subsecretaria general de la Sociedad para los Estudios de Derechos Humanos de China, destacó los esfuerzos del país por avanzar en la protección de los derechos humanos mediante el desarrollo de alta calidad.

“China busca construir una nación fuerte y lograr la revitalización nacional a través de la modernización china, guiada por un enfoque centrado en las personas para los derechos humanos”, expresó.

Los participantes señalaron que, pese a sus diferencias, tanto China como los países de ALC han acumulado una valiosa experiencia en la promoción de la igualdad étnica, la defensa del derecho al desarrollo y la preservación de la diversidad cultural. Estas experiencias, dijeron, son un buen ejemplo para fortalecer la cooperación Sur-Sur e impulsar una reforma en los mecanismos globales de derechos humanos.

Zhang Qingren, subdirector del Departamento de Etnología de la Universidad Minzu de China, en Beijing, sostuvo que, en una era marcada tanto por la convergencia como por las tensiones multiculturales, China y los países de ALC enfrentan desafíos comunes en materia de gobernanza étnica, pero avanzan en soluciones adaptadas a sus realidades.

“China promueve la unidad en la diversidad y la prosperidad compartida, fomentando la solidaridad étnica junto con la preservación cultural, mientras que las naciones latinoamericanas han construido sociedades plurinacionales inclusivas mediante reformas constitucionales y la protección de los derechos indígenas”, explicó Zhang.

Las experiencias de China y América Latina muestran que promover la igualdad étnica y el derecho al desarrollo deben ir de la mano, y que el desarrollo socioeconómico es la base para resolver cuestiones étnicas, añadió.

Dai Ruijun, investigador del Instituto de Derecho Internacional de la Academia de Ciencias Sociales de China, sostuvo que los derechos humanos deben abordarse con universalidad, objetividad y sin criterios selectivos, evitando así los dobles estándares y la politización.

“La gobernanza global de los derechos humanos debe respetar el derecho de cada país a elegir su camino de desarrollo según sus condiciones nacionales”, comentó.

Sin embargo, los derechos humanos han sido utilizados por algunos países occidentales como herramienta geopolítica para influir en el Sur Global, denunció Victoria Donda, parlamentaria del Mercosur y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Argentina.

“En nombre de la defensa de los derechos humanos, esos países han intervenido en asuntos internos, impuesto sanciones e incluso librado guerras en regiones como América Latina y Medio Oriente”, declaró. “El Sur Global tiene derecho a participar en la definición y defensa de los derechos humanos. Quienes alguna vez impulsaron políticas coloniales y apoyaron dictaduras no deberían seguir teniendo el poder de dictar qué son los derechos humanos, cómo se deben proteger o quién los está violando”.

Mo Jihong, director del Instituto de Derecho de la Academia de Ciencias Sociales de China, destacó la importancia de la colaboración entre China y América Latina para mejorar la gobernanza global de los derechos humanos.

“Los países en desarrollo hacen hincapié en los derechos fundamentales a la supervivencia y al desarrollo, y abogan por un enfoque equilibrado que reconozca tanto la universalidad como la particularidad de los derechos humanos”, indicó.

“Por eso, como actores clave del mundo en desarrollo, China y los países latinoamericanos comparten intereses amplios y posturas similares en materia de derechos humanos”, concluyó.

Zhao Manfeng colaboró con esta nota.

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