Si bien el ajedrez es el eje central de la narración –quienes lo practiquen van a reconocer defensas, ataques, estrategias y nombres de Grandes Maestros de este deporte- el guión es mucho más ambicioso y refleja otras problemáticas no sólo del mundo del deporte, como el rol de mujeres que han sido pioneras en su ámbito, que se destacan en un ambiente históricamente masculino, sin que por ello se “baje línea” al respecto, sino que las acciones no necesitan de más explicaciones.
También se refleja la ansiedad y la falta de tolerancia ante el fracaso que tienen estos “niños genios”, acostumbrados a la atención y al halago de todos y que sienten ser superiores a sus pares por su talento, pero que se vuelven completamente vulnerables e inseguros cuando pierden o no pueden concretar un determinado objetivo. Muchos ajedrecistas –en la vida real y en esta ficción- comienzan a edad muy temprana esta disciplina, con lo cual sus experiencias y sus logros en la infancia marcan las reglas que deberán mantener en sus vidas para ser grandes campeones.
También se analiza que la genialidad a veces termina llevándolos a la locura, e incluso mencionan los Grandes Maestros que han culminado sus días con enfermedades psiquiátricas, olvidados y de manera trágica. Es un temor que la protagonista experimenta, sobre todo por los múltiples fantasmas que la acosan y la llevan a no poder controlar sus adicciones.
Todo en la serie tiene, como en el ajedrez, un despliegue tan exacto como armonioso, desde el diseño de producción, el vestuario, el contexto histórico –de la Guerra Fría, ya que esta ficción se desarrolla hasta 1968- y una banda sonora que acompaña el relato a la perfección.
Tal vez, en virtud de la clásica rivalidad entre rusos y estadounidenses en el ajedrez, parece poco creíble que los soviéticos adoren a Beth por encima de sus compatriotas, pero esos deslices en una serie norteamericana suelen suceder y en este caso es sólo un detalle que no opaca una producción que cuenta con un elenco notable, buen guion y ritmo y que disfrutarán no sólo los amantes del ajedrez.
Gambito de reina | Tráiler oficial | Netflix