Rubén Ferreira contó a Diario UNO detalles del ataque del que fue víctima, a pocas cuadras de un colegio. Un hombre, que se identificó como padre de una alumna suya, le dio una tremenda paliza con un caño de gas.

“Me estaba esperando”, declaró el profesor que fue golpeado en San Martín

Por UNO

Por Rosana Villegas y Enrique Pfaab

SAN MARTÍN – Un profesor de un instituto terciario de San Martín fue salvajemente atacado a golpes por haber “desaprobado a mi hija”, según escuchó la víctima de boca del agresor. El atacante utilizó un caño de gas para golpearlo en la cabeza y en las piernas. El herido debió ser trasladado a la guardia del hospital Alfredo Perrupato, en donde se le diagnosticó fractura expuesta del tabique nasal, herida periorbital sobre el ojo izquierdo y traumatismo en una pierna. El docente, con el rostro desfigurado, accedió este miércoles a hablar con Diario UNO.

Fue cerca de las 11.30 de este miércoles. Rubén Ferreira, de 53 años y profesor titular de Ciencias de la Educación desde 1993 en el Instituto de Educación Superior Docente y Técnica 9-001 Gral. José de San Martín, había terminado su jornada y caminaba las dos tranquilas cuadras del barrio Círculo Médico hacia la parada de colectivos de la avenida Lima para regresar a su casa el Villa Nueva, Guaymallén.

Cuando iba por la calle Ushuaia sintió que alguien corría atrás suyo y al llegar junto a él ese desconocido le aplicó un furioso golpe en el ojo izquierdo. Con la vista nublada por la sangre que le caía en el rostro, el profesor, que es cinturón negro de karate, alcanzó a ver difusamente a un hombre “de entre 30 a 35 años”, que blandía un caño de gas. “Después me pegó en la rodilla derecha y luego siguió pegándome en la cabeza”, contó Ferreira.

“Le pregunté: ¿Porqué me pegás?, y me dijo que era porque había aplazado a su hija”, recordó la víctima. Sin embargo aclaró que “para mí es alguien que no es de la comunidad educativa” ya que el agresor sería muy joven para ser padre de una alumna del Instituto, teniendo en cuenta que allí concurren estudiantes egresados de colegios secundarios que difícilmente tengan menos de 17 años.

Fereirra es docente desde hace 22 años y trabaja en el 9-001 desde 1993. Este miércoles aseguró que nunca había sufrido un ataque similar y apenas recordaba alguna discusión en tono moderado.

Una vecina contó que un rato antes de la agresión había observado a un hombre merodeando la zona y que podría ser el mismo que luego atacó a Ferreira. “Le vamos a mostrar al denunciante un álbum fotográfico para ver si puede reconocer allí a quien lo agredió”, dijo la ayudante fiscal Claudia Trilla. La causa fue caratulada en principio como lesiones leves y quedó bajo la responsabilidad de la fiscal Florencia Díaz Peralta.

Mientras Ferreira salía de la Unidad Fiscal de San Martín hacia su casa de Guaymallén, el personal de la Unidad Investigativa ya trabajaba sobre el caso y trataba de reunir testimonios y elementos de prueba para determinar la identidad del agresor y el motivo del ataque.

En tanto en el Instituto reinaba la confusión y la consternación por el ataque. “Este es un hecho terrible y repudiable”, dijo el rector de la institución, Carlos Alberto Gómez. En tanto desde el SUTE San Martín manifestaron su “total solidaridad con el docente y ponemos a disposición de él nuestro equipo legal y todo lo que necesite”, dijo Raúl Cano, miembro de la conducción.

“Me estaba esperando”En la tarde del miércoles, Rubén Ferreira recibió a Diario UNO en su casa de Guaymallén. El hombre apenas podía hablar por el golpe que le fracturó el tabique nasal y prácticamente no veía a la periodista con la que hablaba ya que el principal golpe le desprendió el párpado izquierdo y el hematoma le cerraba el ojo por completo. Sin embargo, accedió a dar detalles del brutal ataque del que fue víctima.

“Este hombre me ha estado esperando, porque sabía que tomaba los exámenes hoy y vino directo a pegarme. Además sabía dónde pegarme, porque después de darme un golpe en el ojo, me pegó insistentemente en la rodilla derecha y me inmovilizó”, comenzó contando Ferreira, visiblemente adolorido por la paliza que recibió.

Fue precisamente la vitalidad del hombre que lo atacó, que según dijo tendría entre 30 y 35 años, lo que lo hizo descreer de que se tratara del padre de alguna alumna de ese instituto terciario, cuya edad promedio supera los 18 años.

“Dudo que haya sido un padre, porque en este nivel no son los padres los que vienen a reclamar por las notas de sus hijos, la mayoría de las alumnas plantean ellas mismas su disconformidad con una nota o algún examen. Quizá haya sido el novio o el marido de una alumna, pero eso tampoco me cuadra porque en general los alumnos me aprecian y siempre estoy abierto al diálogo. Además no tengo ningún entuerto con ninguna alumna como para que me ataque un novio celoso”, apuntó el docente, que dijo estar separado de su esposa y actualmente estar viviendo con una tía. Esta última afirmación, la hizo porque dijo haber leído en algún sitio on line que una de las hipótesis policiales era justamente que el feroz ataque no tuviera relación con algún aplazo, sino a algún relación que pudiera haber tenido con una alumna.

Según sus propias palabras, Ferreira “nunca” vio a ese hombre que lo atacó y debido a que el primer golpe le produjo una hemorragia que le nubló la vista, “tampoco podría reconocerlo si lo tuviera en frente”, concluyó.