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La figura del general José de San Martín es, sin dudas y por muchos motivos, el norte para esta joven de 18 años, que cursa este año el pre de Medicina y que sonríe sin condicionamientos. Martina Flores Casado, por todo este año, es la reina de la Vendimia del departamento de General San Martín. Su fiesta “Vendimia de la Memoria y el fuego”, tuvo como espíritu rector al Libertador de América. Y la sesión de fotos para Reinas como reinas se realizó en el Museo las Bóvedas, construcción que replica la casona de la Chacra de los Barriales, que fue propiedad del general, donde vivió sus meses más amables y en donde deseaba pasar sus días de paz.

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“Es fantástico el lugar”, dijo Martín Orozco, el promotor del proyecto fotográfico. “Además nos tocó un clima perfecto, fue una gran sesión”, acotó.

Martina afirmó que “está bueno que, con este proyecto, se conozcan los lugares de cada departamento y este lugar esta buenísimo para mostrar San Martín”.

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Mientras el sol anunciaba su salida por oriente y la luna llena todavía mostraba su imponencia sobre la cordillera, comenzaban a aparecer los vecinos más madrugadores, que acostumbran a hacer sus caminatas por allí. Uno de ellos, motivado al ver a la reina posando para Orozco, acomodó el paso silbando la marcha de la Vendimia.

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Martín dijo que Martina “es muy bonita, estuvo muy bien predispuesta para hacerle las fotos”. También dijo que “entendió muy bien el concepto del proyecto, de mostrar una mirada de liderazgo de la reina, más desafiante. Además es muy simpática”.

La soberana sostuvo que “me encantó el proyecto. Está bueno salir de lo habitual y mostrarnos serias y mostrarnos desafiantes”.

Martina vive en el distrito de Alto Verde, pero representó al de El Divisadero “porque me llamaron”.

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En el extremo norte del departamento, El Divisadero es un paisaje de casas sin pueblo, entre vides y durazneros, en un territorio de 400 kilómetros cuadrados. Tan separadas están las personas que los últimos censos han preferido sumarlas a los distritos vecinos. No son más de trescientas. Dicen que la zona le debe el nombre a un médano que había por allí y que permitía tener un buen panorama desde su cima. Pero los médanos son inquietos y, como la memoria, suelen irse con el viento y los años y ese punto de observación ya no está o nadie recuerda muy bien cómo encontrarlo.

La reina dijo que aún “me cuesta un poco creer todo esto”, de ser la soberana, pero que “estoy muy contenta y estoy viviendo días muy felices, intensos” y aseguró que “me quiero sorprender con todo lo que venga”.

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