La empresa Bell Helicopters, especializada en aeronaves de despegue vertical, presentó el Bell Nexus en el CES 2019, la Feria de Electrónica de Consumo más importante del mundo. Se trata de un prototipo a escala de eVTOL, vehículo aéreo eléctrico, que combina una cabina futurista con seis rotores que funcionarán con un sistema híbrido que combina baterías eléctricas y combustible fósil. Y será usado por la empresa Uber en el mediano plazo.
Según el sitio The Verge, la compañía se ha reciclado después de décadas como uno de los principales fabricantes de aviones comerciales y militares de despegue y aterrizaje vertical (VTOL). Ahora quiere fabricar aviones eléctricos VTOL (eVTOL), con el Nexus como su primera incursión en ese mercado futurista. Y se espera que pronto se puedan desarrollar la tecnología necesaria para tener un vehículo aéreo completamente eléctrico, con una cabina tendrá una capacidad para llevar hasta cuatro pasajeros y el piloto.
Asociada con Uber
Una de las grandes compañías detrás de esta iniciativa es Uber, que planea utilizar este tipo de naves de despegue vertical, denominados eVTOL, para el servicio de taxis aéreos para conectar puntos distantes en zonas urbanas y suburbanas.
Bell fue uno de los primeros fabricantes de aeronaves en asociarse con Uber en 2017, cuando la compañía lanzó por primera vez su ambicioso plan para crear una red de taxis voladores para la ciudad como una forma de aliviar el tráfico en las calles. Desde entonces, Bell ha estado trabajando arduamente en su propio diseño y, en el CES esta semana, mostró su primer concepto.
Después de la fase de pruebas prevista para los primeros años, la expectativa de Uber es avanzar con el desarrollo de un manejo autónomo de los eVTOL, aunque este tipo de tecnología va con pies de plomo en la implantacion en vehículos autónomos en tierra, después de que en marzo, el vehículo Uber golpeara violentamente a una mujer que caminaba fuera del paso de peatones y acabara con su vida.
Más tarde se supo que el vehículo reconoció a la mujer pero decidió no frenar, puesto a que los ingenieros de la compañía alzaron el umbral de reconocimiento de objetos en la carretera para reducir el número de falsos positivos, por los cuales el automóvil se ve obligado a frenar.