Todos felices. Julieta sostiene a su bebita, que pesó casi tres kilos. La acompañan los policías parteros Francisco Doménico y Pedro Guerra.
Del drama y la angustia al final feliz. Eso fue lo que pasó este lunes en Maipú cuando una joven de 17 años se encontraba en trabajo de parto en la vía pública mientras desde el SEC (Servicio de Emergencia Coordinado) reportaban una demora para el traslado. De inmediato dos policías y una enfermera asistieron a la muchacha que pudo dar a luz sin problemas.
Fue en horas de la mañana, precisamente a las 8.40, cuando personal de la UMAR (Unidad Motorizada de Acción Rápida) realizaba controles operativos habituales en Maipú y al circular por el carril Adriano Gómez al llegar a calle San Lorenzo, encontró con que desde un auto pedían auxilio.
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En el vehículo -un Peugeot 504- había tres ocupantes, entre ellos una joven de 17 años con fuertes contracciones. Los policías solicitaron entonces una ambulancia pero frente a la urgencia no se podía esperar y debieron actuar. Para ello contaron con el aporte de una enfermera, familiar de las personas que estaban en el auto. Se trata de Sandra Navarro.
La profesional de la salud y los dos uniformados comenzaron con las maniobras de parto hasta que la mujer dio a luz en el lugar a una niña que pesó 2,890 kilogramos.
De inmediato madre e hija fueron trasladadas al Hospital Paroissien, de Maipú y allí, en el área de Maternidad fueron atendidas por la doctora Mariana Sulia quien determinó que ambas estaban fuera de peligro y en buen estado de salud. No obstante, la bebita quedó en observación en Neonatología.
La joven mamá, estudiante y domiciliada en el barrio La Estanzuela, es Julieta Milagros Sagal Carabajal
Los policías que oficiaron -y muy bien de parteros- fueron los auxiliares principales Francisco Doménico y Pedro Guerra.
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