Los crayones de colores, esos fieles compañeros de la infancia, del arte o del estudio, suelen terminar arrumbados y tirados cuando se gastan, se rompen o ya no dibujan bien. Pero lo que muchos no saben es que esos lápices son un tesoro y pueden reciclarse de formas increíbles.
El reciclaje permite darles una segunda vida mediante técnicas fáciles y caseras. La idea es simple: reutilizar para crear algo nuevo, funcional y estéticamente atractivo.
Por qué los crayones son un tesoro del reciclaje
Los crayones están hechos principalmente de cera de parafina y pigmentos naturales, lo que significa que se pueden fundir y moldear fácilmente. En lugar de tirarlos, podés aprovecharlos para crear nuevos crayones multicolores, velas artísticas o piezas decorativas.
Son objetos escolares que representan una materia prima colorida, versátil y prácticamente gratuita para crear nuevos objetos útiles o decorativos, en lugar de generar residuos. Aunque estén gastados, rotos o demasiado cortos para usar cómodamente, esos lápices aún tienen valor creativo y ambiental.
En este sentido, usarlos y reutilizarlos te permitirá transformar tus restos de crayones en velas de colores que iluminan y decoran cualquier rincón del hogar. Son ideales para adornar una repisa, baño, escritorio o centro de mesa, y además, aprovechan materiales que normalmente terminarían en la basura.
Reciclaje: cómo convertir los crayones de colores en velas para el hogar
Si bien la lista de ideas posibles para crear a partir de crayones son infinitas, hoy te enseñamos una que lucirá y decorará tu casa: velas. Para ello necesitarás:
- Restos de crayones (sin el papel)
- Cera blanca (de soja, de abeja o parafina)
- Mechas para velas (pueden ser recicladas de otras velas)
- Frascos de vidrio pequeños (de yogur, mermelada o velas viejas)
- Recipiente metálico o lata vacía para derretir
- Olla para baño María
- Palito de madera o broche para sostener la mecha
- Cuchillo o cúter (para cortar crayones)
Para ponerte manos a la obra con esta maravillosa idea de reciclaje debes quitar el papel de los restos y córtalos en pedacitos pequeños. Elegí los tonos que querés combinar. Después pega la mecha en el fondo del frasco y sujétala con un palito o broche en la parte superior para que quede centrada.
Ahora es el turno de derretir la cera blanca en un baño María. Cuando esté líquida, agrega los trozos de crayón del color que elijas para la primera capa. Cuanto más crayón pongas, más intenso será el color.
Comienza a verter la mezcla caliente en el frasco, formando una primera capa de color. Deja que se enfríe unos 15 minutos hasta que esté semisólida. Luego prepara el segundo color y viértelo encima. Repetí el proceso hasta crear un degradado de tonos.
Una vez que la vela esté sólida y fría, corta el exceso de mecha. Si querés, decora el frasco con hilo yute, cintas o etiquetas personalizadas.
Con estos elementos y paso a paso vas a obtener una vela artesanal multicolor con un degradado suave y si le agregas aceites esenciales, como lavanda o vainilla, tendrán un aroma cálido.