Mary Correa es conocidísima en el mundo tribunalicio de Mendoza por ser la encargada de organizar y administrar las audiencias privadas de los jueces de la Corte. Hace casi 25 años.

En el cuarto piso, ya sea en persona o por teléfono, Mary siempre está. Como un Gran Hermano que ha visto entrar y salir a hombres y mujeres; políticos, funcionarios, periodistas y ciudadanos comunes. Como la persona extremadamente confiable que es.

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Sin embargo, desde hace unos meses Mary Correa no es la misma porque a los 59 años se recibió de abogada. Y desde entonces, los supremos le dicen "doctora" y ella se siente orgullosa porque pudo cumplir un sueño. El objetivo de su vida.

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Sí o sí

Su escritorio está ubicado en un lugar estratégico de la cocina política de la Justicia: junto a la puerta, ahora automática, que conduce a la zona de los despachos de los supremos, excepto el que ocupa el presidente del máximo tribunal. Para entrar ahí hay que tener la aprobación de Mary Correa. Sí o sí.

Mary es sanrafaelina como Pedro Llorente, el juez de la Corte de mayor edad, quien en 1996 la convocó para hacerse cargo de las audiencias privadas de los supremos.

Había ingresado al Poder Judicial en 1994, se había desempeñado en una Defensoría de Pobres y Ausentes (tal aquella denominación) y después en la Justicia de Menores y en un juzgado de Paz Letrado.

"El panorama de los menores en conflicto con la ley era dolorosísimo" "El panorama de los menores en conflicto con la ley era dolorosísimo"

Mary Correa

En 2007 quedó efectiva en el cargo. Por sus ojos y oídos pasaron todas y cada una de las personas que tramitaron y piden audiencias con los supremos Llorente, Jorge Nanclares, Fernando Romano, Aída Kemelmajer de Carlucci, Carlos Böhm, Herman Salvini, Carlos Moyano, Alejandro Pérez Hualde, Julio Gómez, Omar Palermo, Mario Adaro y Dalmiro Garay.

José Luis Aguilar es el primer juez de la Corte al que Mary Correa vio dejar el cargo. Fue porque el usía renunció a fines de los ´90. Ahí fue que llegó Böhm.

Caso testigo

Esta mujer de ojos claros que siempre trata de usted a todo el mundo es lo que en materia judicial puede ser considerado un caso testigo: la demostración de que tener asegurado un sueldo en la función pública no impide crecer, sino que invita a hacerlo, alimentándose del contexto.

Por eso estudió y se recibió de escribano actuario y de martillera. Había dejado en suspenso la carrera de abogacía pero solo por un tiempo. Ella lo explica desde su puesto de trabajo, al que retornó cuando reabrieron los tribunales.

"Se me hizo imposible costear la carrera en la Champagnat y tuve que dejar, pero la retomé a los 54 años en la modalidad virtual en la Universidad Siglo XXI" "Se me hizo imposible costear la carrera en la Champagnat y tuve que dejar, pero la retomé a los 54 años en la modalidad virtual en la Universidad Siglo XXI"

Mary Correa

¿Cómo fue el desafío de estudiar de grande o vía internet?

Muy interesante y sacrificado pero muy valioso. Rendí los exámenes de modo presencial en Córdoba. El 17 de septiembre defendí la tesis.

¿Y qué sintió al jurar frente a los supremos a los que les maneja la agenda?

Ah, eso fue muy emocionante. Inolvidable. Fue el 20 de noviembre ¡y por suerte estuvieron los siete ministros y el Procurador!

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Ahora, cuando la saludan, cada día, imagino que la tratan de doctora...

(Risas) Sí. Me dicen Buen día, doctora o ¿Cómo le va doctora? Más allá de eso, siempre me sentí muy respetada por todos los ministros de la Corte. Desde siempre. Algunos hasta aconsejándome sobre alguna cuestión académica con algún apunte, alguna observación... O con sus saludos por el cumpleaños. Aun de los que se fueron por jubilación.

Mary Correa quiere ser justa entonces dice que "con todos los supremos" ha tenido un trato especial. Sin embargo, Aída Kemelmajer acaso saque una luz de ventaja por la condición de mujer.

El futuro

Mary cumplió los 60 en febrero y pudo haberse retirado. Pero quiere seguir trabajando. Y con más razón ahora, que es profesional con título y todo.

¿Se queda en el Poder Judicial?

Sí. Por ley puedo continuar trabajando cinco años más, así que seguiré al frente de las audiencias privadas de los ministros. Varios ya de ellos ya me han preguntado qué quería hacer a partir de que me recibí.

¿Va a litigar?

Soy una apasionada del Derecho Penal, así que por ahora quiero incursionar en la docencia.

Mary Correa ha dado suficientes muestras de capacidad y superación. Así que ese por ahora debería tomarse no como una limitación sino como la previa de algo mejor. Como de un curso de oratoria, como el que ya tiene en carpeta.

¿Qué dijo su familia de este logro?

Ha sido un orgullo para ellos: mis padres y mis dos hermanas, que viven en San Rafael. Y para mis cuatro sobrinos: Felipe, Agustina, Diego y Carlos, que me presentan a sus amigos diciendo de mí Ella es mi tía, la que estudió Derecho y se recibió. Y eso me llena de alegría.

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