Curiosidades

Quién fue la famosa cantante que se convirtió en espía de sus aliados durante la Segunda Guerra Mundial

Una cantante estadounidense se mudó a Francia en 1925 y aprovechó su fama para trabajar como espía en la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial

Josephine Baker, la icónica cantante, bailarina y actriz estadounidense, no solo fue una estrella del espectáculo en Francia durante los años 20 y 30, sino también una valiente espía de la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Ella asistía a fiestas diplomáticas en las embajadas de Italia y Francia, escuchando a quienes podían ser agentes o traidores franceses.

De los escenarios al espionaje: el doble rol de Josephine Baker

En la década de 1930, mientras la segregación racial arrasaba en Estados Unidos, la afroamericana Josephine Baker, nacida en Estados Unidos en 1906, alcanzó el estrellato en París como artista, bailarina y cantante.

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Muchas mujeres, tanto en el bando aliado como en el del Eje, desempeñaron roles cruciales en la recolección de información, el sabotaje y la resistencia

Muchas mujeres, tanto en el bando aliado como en el del Eje, desempeñaron roles cruciales en la recolección de información, el sabotaje y la resistencia

Cuando Baker se trasladó a Francia, rápidamente alcanzó la fama gracias a su talento, carisma y estilo revolucionario. Pero más allá del glamour y la fama, Josephine sentía un fuerte compromiso con la lucha contra el fascismo y el racismo. Durante la ocupación nazi, decidió poner su estatus al servicio de la libertad.

Aprovechando su acceso a diplomáticos, funcionarios y miembros de la élite, la cantante comenzó a recopilar información secreta sobre los movimientos del Eje. Lo más sorprendente es que ocultaba los informes de inteligencia escritos con tinta invisible entre las partituras de sus canciones, logrando así transportar datos clave sin levantar sospechas.

Según el sitio web Britannica, Baker colaboró estrechamente con los Servicios de Inteligencia Franceses y utilizó su fama como escudo. Como artista internacional, podía viajar sin restricciones, lo que le permitió llevar mensajes cifrados desde Francia a otros países aliados. En ocasiones, incluso escribía notas confidenciales en el reverso de sus partituras musicales o cosía documentos dentro de su ropa.

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Su participación fue tan crucial que, tras la guerra, fue condecorada con la Legión de Honor, la más alta distinción del gobierno francés, además de recibir la Cruz de Guerra y la Medalla de la Resistencia.

Josephine Baker no solo rompió barreras en el mundo del entretenimiento, sino que también fue una figura clave en la lucha por la libertad durante uno de los periodos más oscuros del siglo XX. De hecho, se convirtió en la primera mujer negra en ingresar simbólicamente al Panteón de París, un honor reservado para los héroes nacionales de Francia.

Su legado como artista, activista y espía en la Segunda Guerra Mundial la convierte en una de las figuras más extraordinarias del siglo pasado.