Cabe mencionar que estas manchas aparecen en cualquier tipo de almohada, sea cual sea el material del cual estén hechas, relleno y tamaño.
¿Qué revelan estas manchas sobre tu salud?
Aunque en la mayoría de los casos las manchas amarillas no representan un problema grave, sí pueden indicar una mala higiene del sueño. Además, una almohada con exceso de humedad y residuos orgánicos se convierte en un ambiente ideal para ácaros, bacterias y hongos, lo que puede afectar la salud respiratoria y la piel.
Algunas personas con alergias, asma o dermatitis pueden experimentar empeoramiento de sus síntomas si duermen sobre almohadas sucias o manchadas. Por eso, los expertos recomiendan prestar atención a estas señales y tomar medidas de higiene preventiva.
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¿Cómo prevenir las manchas amarillas?
Los especialistas en salud del hogar sugieren estas prácticas para mantener la almohada limpia y libre de manchas:
- Usar protectores de almohada impermeables y transpirables.
- Lavar la funda cada semana, junto con las sábanas.
- Lavar la almohada al menos cada 3 meses, dependiendo del material.
- Evitar dormir con el cabello mojado o con productos grasos.
- Cambiar la almohada cada 1 a 2 años, o antes si presenta olores o deformaciones.
Las manchas amarillas en la almohada no solo afectan su apariencia, sino que también pueden impactar la calidad del sueño y la salud general. Mantener una rutina de limpieza adecuada y renovar las almohadas a tiempo prolonga su vida útil y favorece un descanso más higiénico y reparador.