Las personas comienzan a valorar la soledad
La soledad por encima de la socialización se da porque las preferencias y prioridades pueden cambiar, es así que se comienza a apreciar más la paz y la tranquilidad. De esta manera se comienza a elegir la soledad, lo que no significa puntualmente que se mute a una persona antisocial ni que se busque evitar a las personas por completo.
Sino que la satisfacción se encuentra más en la propia compañía, en el reconectarse consigo mismo, en el reflexionar sobre la vida y disfrutar de los placeres simples sin interrupciones.
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Las actividades en solitario se convierten en más llamativas que las relaciones sociales.
En estos casos, quien puede identificar que su amistad está experimentando algo similar, debe respetar esa necesidad de soledad, mientras que puede recordarle la alegría de la compañía para así garantizar que no caigan en un asilamiento extremo.
La psicología indica que se vuelven selectivos con sus interacciones sociales
Ciertas personas cuando eran jóvenes buscaban cualquier excusa para salir de casa y asistir a reuniones o eventos, por más que no se conocía a priori a todos los asistentes. A medida que pasa el tiempo la selección de las interacciones sociales toman un rol protagonista.
Y ahí es cuando sale a la luz la famosa frase: "calidad sobre cantidad". De esta manera, es más gratificante pasar tiempo con personas que realmente importan a asistir a todas las reuniones sociales que marca el calendario.
Ya no se intenta estar "en todas partes", sino, la primicia es invertir el tiempo en interacciones significativas. No es un comportamiento negativo, significa un cambio de prioridades.
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Elegir las interacciones sociales es positivo, ponderando la calidad a la cantidad.
Se comienza a disfrutar más de las actividades solitarias
Hay cientos de actividades que pueden realizarse tanto en pareja, como en grupo y, también, en solitario. La jardinería, la lectura, la pintura, ir al cine son actividades disfrutables desde diferentes maneras. Poder tomarse el tiempo de iniciar esos momentos genera gran satisfacción que difícilmente se puede encontrar en otros momentos.
Las personas que encuentran tranquilidad de esta manera identifican que es más satisfactorio que participar en eventos sociales. Es que el disfrute de este tipo de acciones sirve para relajarse, reflexionar y recargar energías. En el equilibrio de practicar estas actividades con las interacciones sociales es clave para garantizar el bienestar general.
El deseo de reducir nuevas experiencias
A medida que crecemos el deseo por vivir nuevas experiencias puede disminuir, la emoción por la novedad puede ser reemplazada por una preferencia por lo familiar y lo predecible. Es así que no es necesario salir de la zona de confort, es más placentero probar una nueva cocina o ver el último estreno en casa que viajar a un lugar desconocido.
Sin embargo, a pesar que es bueno encontrar consuelo en lo familiar, también es importante permanecer abierto a nuevas experiencias. De esta manera, se estimula la mente, se fomenta el crecimiento e, incluso, brinda nuevas oportunidades para la interacción social.