El vinagre se puede utilizar en el hogar para ahuyentar bichos del jardín, eliminar los hongos del baños, retirar la grasa de las fuentes de horno, remover el sarro de la pava eléctrica y blanquear algunas prendas de ropa.
Este producto se obtiene a partir de la fermentación de alimentos como frutas y verduras que, naturalmente por medio de organismos, producen ácido y un ingrediente con sabor intenso y delicioso.
Hoy te voy a compartir una técnica de cocina que muchas personas ignoran y es sumamente importante para mejorar los alimentos en conserva y evitar que la desregulación del pH afecte las conservas, modifique el ácido y favorezca la producción de toxinas y bacterias.
Es costumbre añadir vinagre a las conservas de verduras y vegetales pensando que esto favorece el sabor o la textura, pero en realidad no se hace por una cuestión de gustos.
Los alimentos tienen lo que se llama un pH particular que indica su nivel de acidez o alcalinidad. El pH de los alimentos puede favorecer o evitar, según sus valores, la producción de enzimas en los alimentos, así como la solubilidad de nutrientes y el funcionamiento de organismos.
¿Qué significa esto? Cuando realizamos conservas de alimentos con un pH mayor a 4.6 (algo que no podemos medir en casa a no ser que seamos ingenieros de alimentos), corremos el riesgo de reproducción de de toxinas, entre ellas la tan peligrosa toxina botulínica.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, es importante regular el pH de las conservas con un pH peligroso, por medio del vinagre. Al colocar una o dos cucharadas de vinagre apto para consumo en el frasco de tomates antes de enviarlos a esterilizar o cocinar, puedes modificar la acidez del alimento y prevenir el desarrollo de toxinas.
Otra forma de proteger los alimentos y la salud de este tipo de agentes, es hervir las conservas de verduras durante un tiempo razonable, sobre todo aquellas ácidas; y evitar la mezcla de alimentos con pH muy diferente.