El programa ya tiene su primer patrocinador
El programa cuenta con el respaldo de un primer patrocinador: el laboratorio Enco, que junto a marcas como Canfeed, Bravecto, Dermapet y MSD, provee alimentos de alta calidad, vacunas, desparasitaciones y productos de higiene especialmente diseñados para el entorno hospitalario. Esta colaboración garantiza el bienestar de los animales que forman parte del proyecto.
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Lola y Simón por ahora se entrenan en los pasillos.
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"Vamos con calma. Por ahora, Pocha y yo trabajamos con un paciente a la vez, y ya notamos progresos notables entre una sesión y otra", cuenta entusiasmada María Belén Bacha, guía canina y una de las impulsoras del proyecto. Desde 2022, Bacha se ha especializado en intervenciones asistidas con animales y lleva adelante experiencias similares en escuelas y residencias geriátricas.
Un programa que acerca a los pacientes con los animales
El programa, llamado “Jugamos”, nace de una iniciativa del veterinario Jorge Bustelo, quien quiso acercar momentos de alegría a los niños hospitalizados. La doctora Mariana García, jefa del servicio de inmunocomprometidos, fue quien hizo de puente para llevar esta idea al Notti, donde se implementa inicialmente en los servicios de Psicomotricidad y Salud Mental.
“Siempre soñé con hacer algo con animales en el hospital. Sabemos que tienen un impacto enorme en la salud emocional de los chicos”, señala la doctora García, quien lleva 27 años en la institución. El objetivo del programa es brindar un recurso complementario que alivie la ansiedad, el temor y la tensión que suelen acompañar los tratamientos médicos prolongados.
García remarca que el proyecto cumple con protocolos rigurosos: “Ningún perro interviene sin pasar primero por controles de zoonosis y evaluación veterinaria. Es un entorno delicado y debemos cuidar cada detalle”. Además, ya se proyecta la posibilidad de que algunos pacientes puedan recibir visitas de sus propias mascotas en el futuro.
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Pocha, la labradora que brinda enormes beneficios terapéuticos a los pacientes del Notti.
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Bacha, por su parte, explica que este tipo de terapia busca acompañar objetivos específicos determinados por un terapeuta. “El guía canino y el perro colaboran en el logro de esos objetivos”, afirma. También distingue la terapia de otras modalidades como la educación asistida, que se realiza en contextos escolares con propuestas pedagógicas, y el juego asistido, que si bien no persigue fines terapéuticos directos, permite explorar emociones y generar vínculos.
Intervenciones en un entorno hospitalario
Implementar este tipo de intervenciones en un entorno como el hospitalario representa un gran desafío. Por eso, el inicio es paulatino y se enfoca en espacios controlados como el patio, la sala de espera de Salud Mental y la sala de Psicomotricidad. En cuanto a la elección de los animales, Bacha subraya que lo fundamental es el temperamento: buscan perros tranquilos, sociables y sin ninguna reacción agresiva.
Pocha, con casi 3 años, ya tiene experiencia previa como perra facilitadora en procesos judiciales con niños en el Ministerio Público Fiscal. Esa base le ha permitido adaptarse rápidamente a su nuevo rol en el hospital. Acostumbrada a los talleres con niños, sabe cómo acercarse con respeto y empatía.
Lola y Simón, en cambio, son aún muy jóvenes. Aunque están en etapa de aprendizaje, ya muestran gran potencial. “Justo son de raza, pero no es un requisito. Lo importante es su carácter. Igual, tener labradores y golden tiene su ventaja: son juguetones, afectuosos e inteligentísimos", dice Bacha.
El impacto que puede tener la presencia de un perro en una persona internada es profundo. “El contacto con un animal genera reacciones fisiológicas y emocionales muy positivas”, asegura. En definitiva, se trata de un puente de afecto que, ahora también en el Notti, comienza a transformar el cuidado de los más pequeños.