Luego de los Juegos Panamericanos de Lima 2019, con esperanzadores resultados para los argentinos, se pudo escuchar a los deportistas premiados o destacados denunciar falencias en la estructura deportiva oficial, y el impacto de la crisis económica en los clubes.
Sin embargo la sociedad mendocina sorprende al encuestarse a tres clubes, de diferentes cantidades de socios y estructura, abarcando todo el arco social, y donde la gente, a pesar de precario de la situación monetaria, sigue pensando en aquella frase latina que proviene de las Sátiras de Juvenal y dice: "men sana in corpore sano" (mente sana en cuerpo sano) y con no pocos esfuerzos sigue abonando la cuota del club y manteniendo así un espacio que les redunda no pocos beneficios, en lo espiritual, lo social y lo físico.
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El club de barrio, de pie
En Las Heras hay un club que nació de un puñado de vecinos, trabajadores todos, y en base a esfuerzo -y mucho cariño- fue creciendo y posicionándose en deportes de alta competencia, como el futsal. Se trata del Club Cementista, que a pesar del permanente cambio aún conserva características de club de barrio. Su masa societaria es en su mayoría de clase media, la que más sufre el azote de la crisis, y sin embargo, pese a los prejuicios, no ha visto mermado su aforo de de socios.
"En realidad se nota que la crisis ha golpeado, y hay algunas bajas. Pero en comparación con años anteriores, la baja está compensada con las altas, y no hay variaciones notables. Incluso la tendencia sigue en alza, aunque sea leve, pero creciente", informaron desde la secretaría del Poli.
"Por ahí hay algunos atrasos, pero nada fueron de lo normal o habitual. Buscamos darles facilidades para ponerse al día a los padres, y continúan", agregaron los Cementeros.
La cuota se fijó a principio de año y no se ha modificado, como plan de mantenimiento por parte de la entidad. "Los socios, que son poco más de 300, siguen pagando la cuota que es baja, 550 pesos y mandando a los chicos al club", concluyeron.
En Pacífico mantienen los socios a pura gestión
El club General San Martín, más conocido por el nombre de su gran estadio cubierto, otrora el más importante de la ciudad de Mendoza, Pacífico, tampoco ha visto disminuida su cantidad de socios. "No hemos tenido bajas más allá de las rotaciones habituales. Si bien la situación de crisis es conocida por todos, algunas personas se abusan y se ponen remolones para pagar. Son hijos del rigor", explica el secretario del club de calle Perú, Augusto Carignano.
La clave de la lucha de la comisión directiva para mantener en pleno funcionamiento a la entidad que tiene más de 600 socios, está en el trabajo. "A principios de julio notamos que teníamos un 60% de mora en los pagos de cuota. Entonces comenzamos a justar el control de la puerta de acceso. A fines de julio y principio de agosto, ya teníamos a todos los socios al día".
"La situación es difícil, ya que tenemos que competir con la propuesta del gobierno, con gimnasios municipales y con lo que llamamos competencia desleal, que son profesores o entrenadores, que arman un grupo de 10 personas, les cobraran 600 u 800 pesos al mes para juntarse a hacer ejercicios en el Parque o en las pistas de salud. No pagan luz, alquiler, impuestos, nada, eso es desleal", explicó Carignano.
La solución a esta competencia: trabajo. "A esto lo combatimos trabajando y mejorando las instalaciones y a pura gestión, buscando dar cada vez más beneficios y mejorando las instalaciones. Con esto hemos logrado que después de cinco años nos quede en el balance un saldito de dinero, que servirá para arreglar uno los baños, y seguimos haciendo baños y camarines", comentó orgulloso el secretario.
"Las cuotas son accesibles: 800 pesos por persona, y 2.000 para el grupo familiar, y a partir de octubre vamos a tener que hacer una aumento cercano al 30%. ", dijo Carignano.
"Hemos tenido una base mayor a la media en los últimos dos años. Se logró con mucho trabajo de las subcomisiones, en cierta forma fidelizar al socio. Teníamos un número variante, como los "gorriones", con una base de 400 socios, pero rotaban. Ahora desde el año pasado subimos a 600 socios, y este año se mantuvo", cerró.
Regatas, una isla que flota en la buena gestión
En contra de lo que sucede con otras instituciones, el Club Mendoza de Regatas, fiel a su actividad emblemática, "flota" sobre la crisis y mantiene su masa societaria, en base a una gestión que casi llega a lo personal, además de ofrecer tanta variedad y calidad de actividades, que hacen atractiva la permanencia en el club y justifica el gasto de la cuota.
Así lo explica su presidente, Jorge Aguirre Toum, de larguísima trayectoria en la administración del club del Lago: “El Club Mendoza de Regatas no es como el común denominador de los clubes de la provincia. Yo diría que ahora, a nivel de cantidad de socios, estamos sin bajas y con menor cantidad de bajas que en años anteriores”, explica.
La clave para mantener la masa societaria, que llega a los 22 mil socios en la actualidad, es la siguiente: "Cada vez que estamos en situación de crisis (económica), buscamos, primero, no subir desmedidamente las cuotas; segundo, brindar servicios; y tercero, la gente viene mucho a sacarse el stress", enumera Aguirre Toum.
"Nosotros tenemos actividades que no solo se circunscriben a la actividad deportiva y de competencia de alto rendimiento, si no que tenemos muchas actividades para la mujer: fitness, aerobic, e incluso una serie de actividades culturales, donde hasta damos clases de inglés. Tenemos además descuentos (en comercios) para los socios en convenios.
Realmente, con lo que se ahorran en remedios para el stress, termina siendo conveniente", destaca el presidente de Regatas.
Hemos estado poniendo mucho énfasis en evitar la deserción. Por ejemplo, hay familias, que porqué son grupos grandes tienen algún inconveniente, a ellos, en forma personalizada, tomamos contacto y le damos algún plan de facilidades, ya que nos enteramos por contactos con amigos .
Además seguimos con las obras, crecemos en forma permanente. Trabajamos con la subsede Potrerillos, que se suman a El Torreón, la sede náutica de El Carrizal, tratamos de que no nos pegue.