Según un estudio de la Universidad de Arizona, un smartphone puede alojar entre 10 mil y 25 mil bacterias, superando hasta diez veces la suciedad presente en un inodoro. ¿Sorprendente no? Por eso, partir de ahora, pensarás dos veces antes de dudar si debes desinfectar o no tu celular.
De acuerdo con el estudio antes mencionado, las bacterias que se acumulan son como E. coli, estafilococos y salmonella, capaces de sobrevivir durante horas (incluso días) en la superficie del vidrio. Estas bacterias llegan al celular por:
Además, al llevar el celular al rostro durante las llamadas, estas bacterias pueden pasar fácilmente a la piel, provocando granos, irritaciones, conjuntivitis o incluso infecciones respiratorias si entran por las vías nasales.
Para hacerlo deberás usar con mucho cuidado los siguientes productos:
Para que la limpieza sea efectiva y sin daños, procura nunca usar alcohol etílico puro, lavandina o productos abrasivos que pueden dañar la pantalla y quitar el recubrimiento oleofóbico. Tampoco rocíes directamente sobre el celular. Siempre humedece el paño primero.
El paso a paso es sencillo y cualquiera puede hacerlo. Primero apaga el celular y desconéctalo de cualquier cargador o accesorio. Luego humedece ligeramente un paño de microfibra con alcohol isopropílico o con una solución 50% alcohol isopropílico + 50% agua destilada.
Pasa el paño suavemente por toda la pantalla y la parte trasera del celular, sin ejercer demasiada presión. No te olvides de los bordes y la carcasa, donde también se acumula suciedad.
Deja secar al aire unos segundos y enciende nuevamente el dispositivo. Si usas funda, es importante limpiarla también con frecuencia. Las fundas de silicona pueden lavarse con agua tibia y jabón neutro.
La recomendación de los especialistas es limpiar el celular al menos una vez al día, especialmente si lo llevas al trabajo, a lugares públicos o al baño.