En Mendoza eran épocas de tranvía. Gobernaba Rodolfo Corominas Segura. Su antecesor, el también demócrata Guillermo Cano, había muerto un año antes en Buenos Aires, justo un año después de entregarle el mando. De esa tragedia surgió la imposición del nombre al edificio escolar.
Las escaleras de ingreso a la escuela Cano sirvieron de gradas y los chicos se sentaron armando hileras de diez: arriba, al medio y abajo. Y en lo más alto, con el ceño levemente fruncido y mirando hacia la izquierda, la maestra. Basta con observar detenidamente aquella imagen tomada hace casi 80 años para conocer un poco a aquellos primeros alumnos de la escuela Cano: guardapolvos blancos, pantaloncitos cortos, zapatos...
Concentre su atención en la imagen histórica, amigo lector. ¿Vio todas esas caras? ¿Esos gestos tan diversos? ¿Esas sonrisas? Hay temores, algunas picardías...
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Los chicos de la Prepataroria de 1940 de la escuela Cano: Quino está en la hilera de abajo y es el segundo a contar desde la izquierda. Tenía 8 años. (Gentileza familia Savelli)
Bueno: entre todos esos varoncitos de la foto está el alumno más famoso de la escuela Cano. Sentado en la hilera de abajo.
Es menudito. Lo distinguen el cabello revuelto y un mechón parado. La mirada algo asustada. Las medias caídas y los pies juntos, en clara postura de formalidad. Las manos pequeñas y abiertas, cruzadas, sobre el pecho, a media altura. Las rodillas casi pegadas...
Aquel niño de 8 años tiene el labio torcido en una mueca, como diciendo qué hago acá. Es inconfundiblemente tímido.
Aquel alumno tenía asignado el boletín de calificaciones número 122.159 de la Preparatoria.
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El alumno Joaquín S. Lavado de 1940 aparece en el segundo lugar del registro de Calificaciones.
En los documentos escolares su nombre y apellido habían sido escritos con tinta azul y florida caligrafía: Joaquín S. Lavado. Está en el segundo lugar en la fila. Pero en la casa, a pocas cuadras de ahí, ya era Quino, el futuro creador de Mafalda, el artista que murió esta semana a los 88 años en Chacras de Coria dejando al mundo un poco más solo pero enriquecido por una vasta obra artística que trasciende generaciones enteras.
Historias en blanco y negro
De aquella foto de 1940 participaron otros veintinueve alumnos de la Preparatoria de la escuela Cano. Tres de ellos volvieron a reunirse con Quino 65 años después en las mismas escaleras. Eran Luis Jiménez, Francisco Sendra y Luis Savelli. Terminaba julio de 2005, Quino era distinguido vecino ilustre de Guaymallén y la visita a la escuela Cano y el reencuentro era uno de los actos fuertes del día.
Savelli, reconocido e inquieto vecino de San José e iniciador de una dinastía de fotógrafos, llegó al acto con una sorpresa debajo del brazo: una copia en papel de aquel retrato de 1940. Hubo sonrisas y muchos recuerdos y fotos tomadas por los diarios.
Pero eso no fue todo: Savelli mostró otra foto en blanco y negro. Había sido tomada en 1946 cuando todos esos varones terminaban el sexto grado. Esta es la foto. Están de pie en las dos hileras superiores. Completan la foto, abajo, sentados, chicos de otro grupo.
Busquemos a Quino, que ya tenía 14 años, entre esos muchachitos con evidentes muestras de adultez a flor de piel. Peinados a la gomina, ahora sí casi todos mirando a cámara, gestos serios, algunas sonrisas.. la vellosidad en la cara. Los delantales blancos y las corbatas. Algunos anteojos. Otros tiempos.
Ahí está Quino. En la hilera superior. Es el segundo a contar desde la izquierda. Leve sonrisa, peinado achatado, la mirada firme. Con Sendra, Jiménez y Savelli siempre cerca. Con maestro a cargo del grupo.
Ese Quino ya dibujaba, ya había perdido a los padres pero seguía escuchando hablar de sus genes andaluces. Seguía caminando por la calle Toso y amaba las tortitas raspadas. Mendocinismo puro como jugar a la hora de la siesta en el patio familiar cargado de jazmines.
Mafalda germinaba en su interior pero él no lo sabía. Tampoco sospechaba de la profunda huella que dejó y seguirá dejando entre sus seguidores. Era Quino, un chico de barrio.
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Ya en el sexto grado, en 1946. Quino está de pie en la hilera superior. Es el segundo desde la izquierda. Tenía 14 años y Mafalda acechaba en su interior pero él no lo sabía. (Gentileza familia Savelli)