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Las elefantas Pocha y Guillermina llegaron al Santuario de Brasil tras casi 5 días de viaje

Las elefantas viajaron 3.600 kilómetros en camión desde Mendoza durante casi cinco días para llegar al santuario ubicado en el estado de Mato Grosso en el centro de Brasil. El secretario de Ambiente de Mendoza, Humberto Mingorance está en el lugar donde las elefantas vivirán en libertad

Las elefantas Pocha y Guillermina llegaron al santuario de Brasil en el que vivirán el resto de sus vidas. Después de casi cinco días de viaje en camión desde Mendoza recorrieron 3.600 kilómetros junto con un equipo de especialistas y finalmente arribaron a la reserva ubicada en el estado de Mato Grosso en el centro de Brasil, un predio rodeado de naturaleza en el que podrán desplazarse libremente.

Humberto Mingorance, secretario de Ambiente de Mendoza, viajó hacia el lugar para recibir a "las chicas" y corroborar con sus propios ojos que llegaron bien. El funcionario llegó a la ciudad de Cuiabá, en el Mato Grosso, en la madrugada de este jueves, y desde allí se trasladó hacia el Santuario de Elefantes ubicado en un pueblo a 60 kilómetros, bien metido en el medio de la selva.

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El objetivo del viaje de Humberto Mingorance

Después de tantos años que Pocha y Guillermina pasaron en el Ecoparque, y luego de más de cuatro años de planificar una vida mejor para esta madre y su hija, es difícil desprenderse del todo sin estar 100% seguros de cómo llegan a su destino, cómo salen de los contenedores en los que están desde el sábado que salieron de Mendoza, y cuál será su primera reacción en su nuevo hábitat.

Es por esto que el secretario de Ambiente viajó hacia el Mato Grosso, cerca de la frontera con Bolivia, para estar en el Santuario antes que las elefantas y recibirlas en su nuevo hogar.

Elefantas Pocha y Guillermina en Brasil
Guillermina salió y entró varias veces del contenedor donde fue trasladada en camión desde Mendoza.

Guillermina salió y entró varias veces del contenedor donde fue trasladada en camión desde Mendoza.

"Tenemos certeza total de dónde van, pero hay momentos o situaciones que me interesan conocer cuando ellas lleguen. Una cosa es que te lo cuenten y otra cosa es verlo, y quiero conocer el lugar de primera mano. Son procesos largos, no es meter a las elefantas en un camión y llevarlos a un lugar que se vea lindo", sostuvo Humberto Mingorance a Diario UNO.

Agregó que se quedará en Brasil hasta el sábado al mediodía, cuando regresará a Buenos Aires y el domingo tomará un vuelo en la mañana para llegar a Mendoza.

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- ¿No les molesta estar tanto tiempo en ese contenedor en el que viajan paradas?

- Pensá que ellas duermen paradas. Cuando se acuestan están revolcándose. No es para ellas un problema ir tanto tiempo paradas, pasa que uno lo humaniza. En el Ecoparque casi no caminaban, era muy poco. Por suerte vienen impecables, no fueron sedadas ni nada. Lo que sí, se alimentan bien para que no pierdan energías, pero vienen impecables. La gente que trabaja con ellas, los cuidadores nuestros, más los cuidadores y los adiestradores del santuario son impresionantes.

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Cómo fue la llegada de Pocha y Guillermina

Ni bien llegaron al santuario, quedaron dentro de un predio que es más grande de donde estaban en el Ecoparque. "Es un predio abierto, aunque cerrados con caños para que no se escapen. Allí van a hacer como una cuarentena de adaptación donde estarán unos días, las van a observar, y cuando estén en condiciones, las integrarán a las dos juntas al resto de la manada de las hembras asiáticas", detalló Mingorance.

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Pocha y Guillermina están en contacto permanente.

Pocha y Guillermina están en contacto permanente.

Entre quienes viajaron con ellas y las custodiaron de manera permanente, se encuentra Leandro Fruitos, el consejero del Ecoparque por parte de la Fundación Franz Weber, y también Ingo, un español que es parte del equipo del Santuario y de la fundación que se traslada por el mundo para realizar este tipo de trabajo. "Ingo tiene un carió y amor por los animales que es tremendo. Sabe mucho del manejo de paquidermos y viaja por el mundo para hacer este trabajo", sostuvo el funcionario mendocino.

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Durante el viaje, estuvo pendiente de Pocha, que tiene 57 años, y de su hija Guillermina, de 23 años. Viajaron en un camión, y en otro llevaron comida para ellas, ya que comen de manera permanente. "En Brasil hay cañizos por la ruta y ya les dieron de comer de eso, que es verde y es lo que comen naturalmente. Además les dieron frutas, verduras, entre otras plantas", señaló Mingorance.

- ¿Tienen alguna maña, algo que les guste más?

- Les encanta mucho el melón, pero en Brasil no hay. De todas formas cuando entraron a Brasil ya compraron frutas y les están dando de esas que son muy jugosas, muy dulces y les encantan. Una de las adiestradoras de Estados Unidos tenía de esos copos de color, les daba un puñadito nada más, pero a ellas les encantaba, eran felices con eso.

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"Comen en forma permanente. Cuando vinieron por primera vez las entrenadoras, igual que ahora, las vieron súper bien de peso, y hasta tenían un poco de sobrepeso, porque comen mucho y caminaban poco. Pero ahora van a caminar más y van a gastar más energías", sostuvo.

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Pocha y Guillermina: madre e hija permanecerán en el santuario especializado en el cuidado de elefantes de todo el mundo.

Pocha y Guillermina: madre e hija permanecerán en el santuario especializado en el cuidado de elefantes de todo el mundo.