Aberrante

La terrible discriminación contra una joven y su hijo con discapacidad

"Paraguaya que anda en auto con el hijo re pelotudito", le escribieron a una joven que tiene un hijo con discapacidad en un ticket. El caso ya fue denunciado

"Paraguaya que anda en auto con el hijo re pelotudito". Elisabet Arzamendia, vive el Pilar en Buenos Aires. Es argentina pero fue criada por una abuela en Paraguay. Desde hace años, ella y su familia volvieron al país. Tiene un hijo de 15 años con retraso madurativo leve y otro chico de 4 años. Hace unos días compró maíz a una forrajería y en la bolsa se encontró con una factura que era todo un acto de discriminación.

“Enzo es nuestro hijo mayor, tiene un retraso madurativo leve y va a una escuela laboral. Este es un barrio chico, así que todos nos conocemos. Por eso, todos saben bien que mi hijo es impecable: nunca sale sólo de la casa. Apenas, hace media cuadra para ir a comprar pan”, manifestó la mujer a Infobae.

Hace unos días, Elisabet llamó por teléfono a la forrajería "Flor de Lis". Hace 11 años que compra ahí por lo que la dueña la reconoció y quedaron en que se le llevaba el pedido a su casa.

Cuando sonó el timbre una hora después, el hijo de la dueña le estaba llevando la bolsa de maíz y se la dejó en la puerta para que Enzo la metiera y guardara.

Al otro día, cuando Elisabet sacó la bolsa se encontró con una factura escrita a mano que decía como referencia del cliente: "Paraguaya que anda en auto con el hijo re pelotudito". La discriminación la hizo sentir pésimo.

Denuncia y escrache

Cuando vio la boleta, Elisabet se la envió a dos amigas y la colgó en Facebook. La llamaron varias conocidas, entre ellas, una docente de Enzo. Y una de sus amigas fue al negocio a pedir explicaciones. Allí la dueña le dijo que iba a hablar con Elisabet y acusó a su hijo o a un empleado. Pero según la víctima, la mujer no tiene ningún empleado.

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Parte de las disculpas por la discriminación recibida

Parte de las disculpas por la discriminación recibida

"Me dijo que no lo podía creer, que estaba indignada porque eso lo había escrito su empleado y que seguramente lo había hecho por los roces que tenía con su hijo. Pero yo no conozco a ese empleado que ella dice y, por ende, él tampoco me conoce a mí. Entonces, ¿cómo va a saber que mi hijo tiene un retraso madurativo, algo que sabe muy poca gente del barrio?", adujo.

"El viernes a la noche hubo un escrache y ella me escribió para decirme que iba a venir a hablar conmigo, porque estaba muy indignada. Incluso, su hijo me mandó un mensaje por Facebook, diciéndome que ya habían echado al empleado. El domingo ella me dijo que quería que el empleado viniera a pedirme disculpas a mi casa, pero que esa persona no había ido a trabajar. Entonces, si el hijo ya lo había echado, ¿cómo el empleado iba a ir a trabajar?", señaló.

Unos días después, apareció por la casa de Elisabet un joven que asumió la culpa pero cuando se le preguntó su identidad contestó con evasivas. La mujer solamente quería saber la verdad, ya que según la dueña del negocio, el empleado se llamaba Diego pero según el hijo, era Daniel.

Cuando quiso ir a la comisaría con él, el joven huyó. Ahora la denuncia está puesta ante el INADI, que la comenzó a tramitar y será el que tenga la última palabra.

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