A la hora de tener una mascota, hay una señal que todos los dueños suelen confundir, ya que puede significar una gran variedad de problemas en el animal. Generalmente, se suele disminuir la gravedad del síntoma, que puede referirse a la presencia de parásitos en el pelaje.
La presencia de garrapatas en un perro puede manifestarse de distintas maneras.
Hablando más precisamente, esta señal indica que tu perro tiene garrapatas, y a menudo es confundida con estrés, aburrimiento o enfermedades.
Las garrapatas pueden ocasionar una serie de síntomas negativos en tu mascota.
La señal que todos los dueños confunden en los perros
La pérdida de apetito en un perro puede significar desde problemas leves como el estrés o aburrimiento con la comida hasta enfermedades más graves como infecciones de este tipo. Al ser múltiples las causas, es a menudo confundida.
Otros signos de alerta incluyen fiebre, letargo, cojera, inflamación de articulaciones y encías pálidas. Si notas cualquiera de estos en tu perro, será mejor que revises su pelaje buscando la presencia de estos parásitos.
La pérdida de apetito es un síntoma de enfermedades transmitidas por garrapatas, como la ehrlichiosis, la babesiosis y la enfermedad de Lyme, porque la infección por parásitos o bacterias provoca un malestar general que incluye fiebre, apatía y dolor.
La pérdida de apetito en un perro puede ser provocada por la presencia de garrapatas.
De esta manera, tu perro no tendrá ganas de alimentarse. Si tu mascota ha tenido garrapatas y comienza a decaer, acude inmediatamente a un veterinario.
Más allá de las garrapatas: qué significa que tu perro pierda el apetito
- Enfermedades: infecciones, problemas gastrointestinales (gastroenteritis, indigestión, estreñimiento), dolor dental, fiebre, problemas renales o enfermedades crónicas en perros mayores.
- Estrés y ansiedad: cambios en la rutina, mudanzas, nuevos miembros en la familia, o falta de estimulación pueden causar estrés y hacer que el perro deje de comer.
- Problemas con la comida: la comida puede ser de mala calidad, estar rancia, pasada de fecha o el perro simplemente se ha aburrido de su pienso actual.
- Efectos secundarios de medicamentos: algunos fármacos pueden causar náuseas o malestar estomacal, disminuyendo el apetito.