"Audentes fortuna iuvat" no es una simple frase en latín, es una invitación a vivir con valentía, a confiar en uno mismo y a comprender que muchas veces la verdadera suerte es animarse a intentarlo. Te contamos de qué se trata, su traducción y relación con la filosofía.
Publio Virgilio Marón, el célebre poeta romano autor de la Eneida, dejó un legado literario que ha trascendido siglos. Entre sus muchas reflexiones, una frase sobre la suerte continúa inspirando a generaciones: "La fortuna favorece a los audaces" o en latín "Audentes fortuna iuvat"
Si bien Virgilio no era estoico en el sentido de ser un miembro activo o seguidor de la escuela de la filosofía estoica, su obra refleja ciertos valores y temas comunes con el estoicismo. De hecho, coincide con el pensamiento de Séneca, padre del estoicismo, que consideraba que "no hay viento favorable para el que no sabe a dónde va".
Esta frase breve, pero contundente, encierra una filosofía de vida que va más allá del azar. Para Virgilio, la suerte no era un capricho impredecible, sino algo que parecía acercarse a quienes se atrevían a actuar. Los audaces, en este sentido, no son temerarios, sin rumbo, sino personas capaces de tomar decisiones valientes incluso ante la incertidumbre.
En la vida cotidiana, esta frase invita a salir de la zona de confort. Quien espera pasivamente que las oportunidades lleguen, corre el riesgo de que nunca aparezcan. En cambio, quien se atreve a dar el primer paso, aunque existan riesgos, aumenta sus probabilidades de éxito. La fortuna, según la filosofía de Virgilio, parece premiar esa determinación y ese impulso inicial que rompe con la inercia.
Esta frase también es un recordatorio de que el miedo no debe ser el piloto de nuestras decisiones. La prudencia es valiosa, pero si se convierte en parálisis, limita el crecimiento. La audacia, combinada con inteligencia y preparación, abre puertas que de otro modo permanecerían cerradas.