Los actores de "La Sociedad de la nieve" debieron adelgazar entre 20 y 30 kilos.
El cineasta español Juan Antonio Bayona quiso que "La sociedad de la nieve respirara realidad", de ahí que recurriese al asesoramiento científico para lograr una dieta por la que unos 30 actores adelgazaran hasta 30 kilos en un par de meses, en consonancia con las víctimas del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en Los Andes, en 1972.
Los médicos e investigadores cordobeses Antonio Escribano padre (endocrino) e hijo (medicina interna) son los responsables de que 30 actores de entre 18 y veintipicos años fueran adaptando, cronológicamente, su composición corporal y peso al que experimentaron las víctimas, y pasasen de parecer jugadores de rugby al comienzo de la película a estar escuálidos y con casi 30 kilos menos dos meses después.
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Al respecto aclararon: "El reto era hacer ese trabajo no con uno o dos actores como se ha hecho otras veces en el cine, sino con 30 a la vez y logrando que un proceso de pérdida de peso tan rápido en condiciones de grabación extremas (a -15 grados) no afectara ni a su salud ni a sus capacidades para interpretar a los personajes", explicó Antonio Escribano padre en una entrevista con EFE.
En octubre de 2021, ni bien llegaron a Barcelona para comenzar a trabajar los guiones, los médicos comenzaron todo tipo de pruebas a los actores, entre ellos:
Con estas pruebas elaboraron 30 guiones bioquímicos "para adaptar la apariencia real de cada actor al guion cinematográfico y tiempos de rodaje", en total un tratado de cerca de 7.000 folios.
Al inicio del rodaje (de octubre de 2021 a comienzos de 2022), los médicos se enfocaron en planes nutricionales individualizados para que los actores ganaran músculo y peso (entre 3 y 8 kilos). De esta manera lograron una cadencia similar a la del accidente, de modo tal que parecieran deportistas que van a una competición.
En tanto, de febrero a mayo del 22 la clave fue lograr pérdidas de peso extremas (entre 20 y 30 kilos), exigidas por el rodaje, donde de repente un actor tenía que bajar 4 kilos en apenas 3 días o quedar estabilizado 15, sin comprometer la salud.
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Los Escribano armaron una clínica con todos sus aparatos en una de las habitaciones del hotel donde se alojó buena parte del equipo de rodaje, en un pueblo cercano a Sierra Nevada, y trabajaron con los cocineros del catering para elaborar recetas ajustadas al guion bioquímico.
Al respecto Antonio Escribano, detalló:
"La mayoría de los actores eran argentinos, por lo que buscamos platos que a ellos les gustaran y los hicimos muy bajos en calorías, logrando una milanesa de 70 calorías".
"También hicimos empanadas con un hojaldre muy suave".
"Además preparamos hasta 30 recetas de sopas light para las cenas".
"Esto se combinó con estrategias para engañar el hambre con gelatinas sabor a chocolate, yogures desnatados o caramelos sin calorías".
El desafío, insistió Escribano, "no sólo era adelgazar más de 20 kilos en un par de meses o lograr morfologías corporales aparentemente deterioradas para los actores que salen aseándose tras el rescate, sino hacerlo sin interferir en el correcto funcionamiento del cerebro, para memorizar y dramatizar sus papeles".
Para lograr esto, tomaron complementos nutricionales amoldados a cada caso, "en los que no faltaban la cobertura de vitaminas como A, B, C y cantidades precisas de selenio, zinc y hierro", reveló Escribano (padre), quien confesó que su obsesión y la de su hijo era que a los actores "no les pasara nada".