El cempasúchil, con su característico color amarillo o anaranjado vibrante, es la flor más utilizada en las ofrendas debido a su fuerte vínculo con las creencias prehispánicas. En la cosmovisión indígena, se creía que su color representa el sol, que guía a las almas en su viaje desde el más allá hacia el mundo terrenal durante los días del 1 y 2 de noviembre. Además, su fragancia es percibida como un aroma que atrae a los espíritus, permitiéndoles encontrar el camino de regreso a sus seres queridos.
Este es el significado espiritual de las flores que se ofrendan en el Día de los Muertos (2).png
En un plano más espiritual, las flores representan la fugacidad de la vida. Al igual que el Cempasúchil, la vida humana es hermosa, pero temporal, un recordatorio de que la muerte es una parte inevitable del ciclo de la vida. Colocar flores en las ofrendas simboliza tanto el respeto por los que se han ido como la celebración de la vida que tuvieron.
Además del cempasúchil, otras flores como los crisantemos y las caléndulas también se ofrecen en los altares, cada una con su propio significado. Los crisantemos, por ejemplo, simbolizan la eternidad y la inmortalidad del alma, reforzando la creencia de que la muerte no es un fin, sino una transición hacia otro plano de existencia.