A partir de una edad específica podemos sentir más dolores.
La ciencia confirmó recientemente que el cuerpo comienza su deterioro a una edad específica, y esto podría tener una causa molecular. Investigadores de Stanford llegaron a un descubrimiento que indica que tanto las moléculas como los microorganismos en el cuerpo sufren cambios significativos dos veces en la vida.
El estudio, dirigido por el profesor Michael Snyder y publicado en la revista Nature Aging, involucró el análisis de muestras biológicas de 108 voluntarios de entre 25 y 75 años, quienes proporcionaron muestras durante varios años.
La ciencia determinó que a los 44 años nuestro cuerpo sufre un cambio importante.
Los científicos detectaron dos periodos clave de cambios en el cuerpo, especialmente en el metabolismo de lípidos a los 40 y en el de carbohidratos a los 60. Estos cambios podrían explicar por qué las lesiones se vuelven más comunes y los músculos parecen perder fuerza con la edad.
El estudio sugiere que estos cambios no están relacionados con una disminución en la quema de calorías, sino con una transformación en la forma en que el cuerpo descompone los alimentos. Aunque el impacto exacto en la salud aún no se conoce, se ha observado que estos cambios pueden afectar la forma en que el cuerpo responde a sustancias como el alcohol o la cafeína, aumentando la sensibilidad a estas.
En este contexto, el profesor Snyder recomienda que las personas de alrededor de 44 años presten especial atención a sus niveles de colesterol LDL y consideren medidas preventivas como la toma de estatinas bajo recomendación médica. Además, conociendo la influencia de estos cambios en músculos y piel, se sugiere realizar un calentamiento adecuado antes de ejercitarse para evitar lesiones.
Sin precedentes
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Los científicos realizaron un estudio que llegó a conclusiones muy certeras.
A pesar de la magnitud de estos descubrimientos, los investigadores enfatizan que se necesita más tiempo para comprender completamente las implicaciones de estos cambios moleculares.
El Dr. Josef Coresh, del Optimal Aging Institute en NYU, comparó estos hallazgos con la invención del microscopio por la forma en que permiten observar los cambios moleculares con un nivel de detalle sin precedentes. Sin embargo, advierte que aún queda mucho por descubrir sobre cómo estos cambios influyen en la salud a largo plazo y cómo se pueden personalizar los tratamientos médicos en base a estos descubrimientos.
