De acuerdo con datos aportados por el Renaper el nombre Lesbia fue inscripto por única vez en 1924 y nunca más volvió a ser usado por ninguna otra persona en Argentina. Se trata, además, del registro único más antiguo del que se tenga constancia, entre las más de 29 mil personas con nombres únicos en el país.
El motivo de la rareza del nombre es confuso. En muchos casos, nombres singulares responden a la originalidad de los padres, pero también a errores de ortografía cometidos por empleados del registro a principios del siglo 19. En el caso de Lesbia, se cree que pudo haber surgido como una deformación de la isla de Lesbos, ubicada en el mar Egeo, cerca de Turquía.
Si se deja de lado la posible confusión, Lesbia tiene raíces culturales profundas. En latín, significa “la que es de Lesbos”. Lesbos es la isla en la que nació Safo, una de las poetisas más célebres de la Antigua Grecia, reconocida por sus versos sobre el amor femenino y la sensibilidad poética, cuya vida se detalla en este artículo de la Enciclopedia Británica.
Además, en la Antigua Roma, el poeta Cayo Valerio Catulo utilizó Lesbia como seudónimo literario para su amante, Clodia, quien quedó inmortalizada en sus poemas sobre el amor y el sufrimiento.
Si bien su significado está cargado de historia y simbolismo, el nombre Lesbia lleva 101 años sin repetirse en la Argentina.
De acuerdo con información del RENAPER, en argentina existen más de 29 mil personas con nombres únicos, es decir, que fueron inscriptos solo una vez en más de un siglo de registros. Como se dijo, varios de ellos surgieron por la originalidad de los padres al momento de elegir, aunque también influyeron errores de ortografía o adaptaciones de nombres extranjeros.
Actualmente, la tendencia es optar por nombres cortos, fáciles de pronunciar y con influencia internacional. Por ejemplo: Sofía, Mateo, Julieta o Benjamín. Sin embargo, los nombres únicos continúan llamando la atención por la carga de misterio y singularidad que representan.