El diluvio sorprendió a los habitantes y algunos quedaron atrapados por las riadas y desbordes de ríos, que sembraron desolación y miedo a su paso. Además de Alemania y Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos y Suiza también sufrieron importantes pérdidas materiales.
En estos países del oeste europeo, principalmente Alemania, se iniciaban este sábado las tareas para limpiar las ciudades inundadas de barro y escombros, y restablecer la electricidad y evaluar las millonarias pérdidas.
El panorama era desolador en ciudades alemanas, donde los habitantes que tuvieron que salir, casi huyendo, de sus casas el miércoles por la noche al regresar a sus hogares encuentran casas semidestruidas con paredes arrancadas de cuajo por la fuerza de la corriente, árboles derrumbados, vehículos arrastrados por el agua, carreteras y puentes hundidos o suministro eléctrico cortado, consignó la agencia de noticias AFP.
En todas las ciudades afectadas, los bomberos, los servicios de protección civil, los responsables locales y militares, comenzaron ya las gigantescas tareas de limpieza de escombros y de barro que obstruyen a menudo las calles.
En estas regiones del oeste de Alemania, por las que se desplaza el Rin, las inundaciones se debieron sobre todo a ríos pequeños, que salieron de su cauce debido a las intensas lluvias e invadieron zonas habitadas, construidas en zonas que no eran aptas para la edificación de casas.
Por otra parte, los problemas en las redes de comunicación, que hacen que muchas personas no estén localizables, complican también la tarea de establecer un balance fiable de desaparecidos.
En el distrito de Heinsberg, en Renania del Norte-Westfalia, los muros de contención de una represa cedieron el viernes por la noche y 700 personas tuvieron que ser evacuadas.
El gobierno indicó además que trabajaba en la creación de un fondo de ayudas especiales ya que las pérdidas causadas por las inundaciones serán de miles de millones de euros.
La solidaridad también se organiza entre los ciudadanos para efectuar donaciones en todo el país además de apoyos prometidos por las grandes empresas, como el constructor de automóviles, Volkswagen.
Las pérdidas son "tan importantes que nos tendrán ocupados durante mucho tiempo", advirtió la dirigente de Renania-Palatinado, mientras que el gobernador del estado de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, aseguró que la catástrofe tiene "una magnitud histórica".
Fuente: Télam