Rubén Antonil (66), quien era enfermero y estuvo el 18 de julio de 1994 en el lugar que se produjo el atentado a la AMIA (se cumplieron 25 años de la tragedia), en Buenos Aires, dio un duro testimonio y señaló este jueves en Radio Nihuil que lo que más lo impactó fue cuando le tocó asistir a una adolescente que después falleció.
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Antonil señaló: "Cerca de mitad de cuadra había gritos, nos acercamos con el médico y había una chica muy joven, habrá tenido 16 o 17 años y apenas podía abrir sus ojos porque le salía sangre de su cabecita, pobrecita. Me impactó mucho porque me agarró la mano, me miró y balbuceó: 'Dios te bendiga'. Nunca me voy a olvidar de eso".
El hombre, que reside en Mendoza y es jubilado, relató cómo fue estar en el lugar de la tragedia, asistir a las personas heridas y sacar a las personas fallecidas.