Un grupo de arqueólogos alemanes ha realizado un gran descubrimiento en Europa, que redefine la comprensión de las prácticas de coloración en la Edad de Piedra. Las conclusiones del equipo de investigación de la Universidad de Aarhus fueron publicadas en la revista Antiquity.

En concreto, lo que encontraron los especialistas es nada menos que la evidencia más antigua de un pigmento utilizado para la mencionada finalidad en Europa, revelando lo que hacían los humanos hace 14.000 años.

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Un descubrimiento excepcional

Hasta este momento, los descubrimientos de este tipo de arte estaban limitados a pigmentos rojos, amarillos, negros y blancos. El azul, aunque disponible, brillaba por su ausencia.

Prácticamente, todas las pinturas paleolíticas descubiertas hasta la fecha en Europa y en todo el mundo se crearon principalmente con pigmentos rojos, blancos, amarillos y negros. Esta ausencia convirtió el nuevo descubrimiento en una sorpresa asombrosa para los arqueólogos.

En concreto, el artefacto protagonista del descubrimiento fue localizado a finales de la década de 1970, pero lo cierto es que recién pudo ser examinado con técnicas y herramientas específicas en 2023 - 2024.

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Análisis arqueométricos avanzados, que incluyeron fluorescencia de rayos X, espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier e imágenes multibanda, confirmaron que los rastros microscópicos azules no eran contaminación, sino auténticos residuos prehistóricos de azurita. Es decir, un valioso descubrimiento.

El origen de este posible descubrimiento

La rareza del azul en el arte de la Edad de Piedra ha desconcertado a los investigadores durante mucho tiempo. Los ocres y carbones eran abundantes, mientras que la azurita era más rara y difícil de procesar. Ahora, todo se entiende de otra manera.

De hecho, es esta escasez la que podría haberle otorgado al color azul un poder simbólico o protector. En muchas culturas, el mismo se ha vinculado con lo divino y se creía que ahuyentaba a los malos espíritus.

Estudios de isótopos de plomo demostraron además que este descubrimiento probablemente provenía de depósitos locales a lo largo del valle del río Meno, lo que sugiere que recolectores del Magdaleniense tardío recolectaron o extrajeron deliberadamente afloramientos de azurita cercanos.

Los encargados del descubrimiento sugieren que esta pintura no era utilizada para pintar las paredes de las cuevas, como sí los otros colores. En lugar de esto, los primeros europeos podrían haber reservado el azul para usos efímeros o personales: pintura corporal, decoración de ropa o adorno de objetos rituales.