De país rural a gestionar y exportar energía: como una construcción cambió el panorama de una nación
La presa, la más grande de África, representa un hito de ingeniería monumental. Su construcción no solo implicó desafíos técnicos extraordinarios, sino también un complejo entramado diplomático, debido a que el Nilo Azul es un afluente fundamental del río Nilo, compartido con Sudán y Egipto.
Estos países expresaron preocupaciones sobre el impacto de la presa en sus propios recursos hídricos, lo que generó tensiones que amenazaban con escalar a un conflicto regional. Sin embargo, este país mantuvo que el proyecto era esencial para su desarrollo y sostenibilidad energética.
Central hidroeléctrica (2)
El impacto de esta construcción
El resultado de esta construcción ha sido notable. La GERD ha comenzado a generar electricidad para millones de etíopes, ampliando significativamente el acceso a energía en zonas rurales e impulsando la industrialización y la modernización del país. Además, Etiopía ha logrado exportar electricidad a sus países vecinos, convirtiendo un recurso estratégico potencialmente conflictivo en un motor de cooperación y desarrollo regional. Este enfoque ha permitido transformar un escenario que podría haber derivado en confrontación en una oportunidad de progreso compartido, demostrando cómo la diplomacia y la ingeniería pueden converger en beneficio de la estabilidad y el crecimiento.
Más allá del impacto económico, la Gran Presa del Renacimiento Etíope simboliza la capacidad de un país para superar limitaciones históricas mediante proyectos de gran envergadura, que combinan innovación técnica con visión estratégica. El proyecto ha sido percibido casi como un giro de película, donde un país que enfrentaba carencias energéticas y desafíos estructurales logra, mediante ingenio y perseverancia, convertir un posible conflicto en una fuente de desarrollo y cooperación regional.