Los perros forman parte de nuestras familias y compartimos casi todo con ellos. El cariño es tan grande que muchos los besan y los abrazan, pero, ¿cuáles son los riesgos de besar a los perros?
Los perros forman parte de nuestras familias y compartimos casi todo con ellos. El cariño es tan grande que muchos los besan y los abrazan, pero, ¿cuáles son los riesgos de besar a los perros?
El amor que sentimos por nuestros perros hace que muchas veces queramos expresarle ese cariño como lo hacemos con los humanos de nuestra familia: dándoles abrazos y llenándolos de besos. Esta demostración de afecto tan tierna y sincera, sin embargo, esconde algunos inconvenientes importantes.
Por eso es importante que conozcas los 5 riesgos de salud que se corren al besar a los perros y de ese modo cambies tu conducta. Hay otras formas de brindarle nuestro amor sin ponernos en peligro.
Las bocas de los perros albergan una enorme cantidad de bacterias y parásitos que pueden transmitirse a los humanos a través de la saliva, por eso es importante abstenerse de besarlos y evitar que su lengua tome contacto con nuestras mejillas.
El solo hecho de pensar dónde estuvo el hocico de una mascota nos permite inferir que su boca no es un lugar limpio con el que podamos tener contacto sin exponernos a sufrir enfermedades. Más bien, todo lo contrario.
Cualquiera que saque a pasear a su perro notará que este pone su nariz en lugares asquerosos y huele las heces de otros animales. Esto hace que sus hocicos estén llenos de bacterias, gérmenes y virus de todo tipo, según advierte el doctor John Oxford, profesor emérito de virología y bacteriología de la Universidad Queen Mary de Londre.
Hay otras maneras de demostrarle nuestro amor a los perros sin poner en riesgo la salud:
Existe una antigua creencia que sostiene que la lengua del perro es más limpia que la de los humanos, más allá de sus hábitos de higiene cuestionables. Sin embargo, la profesora de biología en el Sarah Lawrence College, Ann Ditkoff, asegura que esa afirmación es falsa: “En realidad se trata de un mito que nació como justificación a las muestras de cariño con los perros”.
Los expertos aseguran que el riesgo se potencia cuando quien toma contacto con la saliva de un perro es una persona mayor, un bebé o un paciente inmunosuprimido (por ejemplo, personas que están recibiendo quimioterapia). En estos casos, apenas se detecte que hubo contacto hay que lavar la zona con abundante agua y jabón para evitar que se produzca una infección.
Fuente: tn.com.ar