Respecto al colesterol, este fruto rojo es una fuente importante de antioxidantes, siendo así una de las mejores herramientas para incrementar el HDL. En concreto, la fuente citada indica que los arándanos aumentan la síntesis hepática de colesterol bueno o HDL e inhiben la formación de colesterol malo o LDL.
En este sentido, dicha fruta también ayuda a controlar la presión arterial debido a que provoca un mayor flujo de antioxidantes y nutrientes en el organismo. Entonces, se le pondrá freno a la acumulación de colesterol malo y, al mismo tiempo, se evitarán problemas coronarios, ya que las arterias estarán limpias, no se endurecerán y el flujo de sangre correrá de manera óptima.
Por otro lado, los arándanos también son aliados para mejorar las capacidades cognitivas, tal como sucede con la menta. La fuente citada señala que estos frutos rojos inciden favorablemente en la memoria, permitiendo un notable aprendizaje de nuevos conocimientos y un extenso recuerdo de diversas situaciones.
En sintonía a esto, los arándanos también tienen sustancias neuroprotectoras, como por ejemplo el ácido gálico, el cual previene el deterioro cognitivo y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.