Inspirado en el sacerdote argentino Pedro Opeka, miembro de la Congregación de la Misión (Padres Vicentinos), quien desde 1975 es misionero en Madagascar, Gastón Vigo Gasparotti creó la fundación Akamasoa Argentina Más Humanidad, que desde el mes de enero trabaja en Lima, provincia de Buenos Aires, en pos de erradicar la pobreza argentina.
Te puede interesar: Resolvió el misterio del hombre desaparecido hace 22 años gracias al Google Earth
Vigo Gasparotti trabajaba en desnutrición infantil con la Fundación Conin, pero había algo en el corazón que no lo dejaba tranquilo: “Luego de recorrer 300 de las 4.100 villas que hay en el país, me di cuenta de que lo que hacíamos a la mañana, se nos caía a la noche. Evitando la muerte por desnutrición, el problema no terminaba. Había que modificar el entorno de aquellos chicos, su vivienda y su familia”, mencionó
Durante la visita del padre Opeka a la Argentina, en julio de 2018, Vigo se conmovió con su prédica, “tan coherente, tan sencilla y también tan pasional”. Y poco tiempo después decidió renunciar a su trabajo en la Fundación Conin y viajar a Madagascar, con el propósito de traer el modelo Akamasoa a la Argentina.
Comenzar Akamasoa en la Argentina
Lima tiene 22.000 habitantes de los cuales 8.000 son pobres. Se encuentra a pocos kilómetros de los dos polos industriales más grandes de la Argentina: Zárate y Campana, a unos 100 kilómetros de Capital Federal. De un estudio demográfico resultó que, de 197 niños, el 34% tiene desnutrición infantil; de 354 adultos, el 49% no trabaja y solo el 30% tiene educación secundaria; de 180 familias, el 69% no tiene agua caliente, y el 46% está hacinado.
Akamasoa Argentina nació de la fusión con el centro Conin Más Humanidad, como conjunción de ideales comunes, y con la propuesta de que la ayuda no sea solo hasta los 5 años, sino en todas las etapas de la vida.