"Normalmente en ese sector sufrimos situaciones, pero ayer llegamos al límite. Solicitamos colaboración del Ministerio de Seguridad porque a partir de las 4 o las 5 de la tarde empezó una serie de ataques que provocó rotura de cristales tanto de ventanillas como de lunetas", describió Oviedo en diálogo con el periodista Matías Pascualetti (Radio Nihuil).
Según relató el entrevistado, estos ataques "no sólo ponen el riesgo al chofer, sino también a los pasajeros"; y recordó que en otras ocasiones hay gente que se ha clavado esquirlas de los vidrios rotos.
En las fotos se ve el tamaño de las piedras que les tiran los desconocidos:
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Una de las piedras que les arrojaron a los micros durante la tarde del jueves.
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El foco del conflicto, según aseveró Oviedo, está en las inmediaciones del Barrio Los Alerces, donde a veces también aparecen menores que se cuelgan de las unidades con gran riesgo para sus vidas.
"Los de ayer no sabemos si eran menores; pero los que se cuelgan son a veces chicos que rondan los 10 años", lamentó.
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Las pérdidas fueron importantes. Reponer los vidrios costará millones.
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Finalmente, Oviedo expresó que por la naturaleza del recorrido no es sencillo detenerse a la mitad.
"Uno no puede frenar y decirles a los pasajeros 'hasta acá llegamos'. La vuelta es larga y, por otra parte, son barrios complicados para que la gente continúe caminando y tenga que hacer 10 o 12 cuadras", explicó, antes de recalcar que una de las opciones que se está barajando es dejar de pasar por esa zona.
