En los últimos años, china ha construido decenas de terminales automatizadas que combinan robótica, sensores y procesamiento de datos para agilizar el movimiento de contenedores, elevando la eficiencia y la competitividad de sus puertos frente a otros actores globales.
China construye más de 60 terminales automatizadas y afianza su liderazgo global en puertos inteligentes
La automatización de puertos implica que grúas, vehículos guiados automáticamente y sistemas digitales coordinan la carga y descarga con mínima intervención humana, lo que reduce tiempos de operación y aumenta la capacidad de manejo de mercancías en los grandes centros marítimos de China. Este avance tecnológico ha permitido que algunos puertos del país no solo manejen enormes volúmenes de carga, sino también que alcancen posiciones destacadas en los rankings globales de eficiencia portuaria.
Un ejemplo de ello es el proyecto en el puerto de Shanghai, donde se está construyendo uno de los terminales de contenedores automatizados más grandes del país bajo el plan quinquenal nacional. Este puerto, reconocido como uno de los más activos del mundo, sigue ampliando su capacidad de manejo de contenedores para soportar el creciente comercio internacional y la demanda logística global.
La presencia de los puertos de China en todo el mundo
Según el People Daily Online el impacto de China en la industria portuaria no se limita a su territorio. El país también ha extendido su presencia en puertos de otras regiones del mundo mediante inversiones, cooperaciones y acuerdos comerciales.
Por ejemplo, empresas chinas han desarrollado infraestructura portuaria en América Latina, como el megaproyecto del puerto de Chancay en Perú, que busca servir de enlace entre Asia y Sudamérica para facilitar el comercio marítimo transcontinental.
Esta presencia creciente en la infraestructura portuaria global ha generado debates sobre el papel de China en los flujos de comercio internacional y la geopolítica logística del mundo. Algunos gobiernos lo ven como una oportunidad para mejorar conectividad, mientras que otros analizan los riesgos estratégicos de depender de operadores extranjeros en puertos críticos.





