El sedentarismo nunca es bueno para la salud, y eso es algo que no entienden aquellas personas que tienen un trabajo en donde pasan muchas horas sentados. Para solucionar este problema, es recomendable un ejercicio que se puede hacer desde la comodidad de casa y sin tanta exigencia física, y se denomina como la caminata del pato.
Este ejercicio puede ser realizado sin peso y desde la comodidad del hogar
Esta actividad física es excelente para mejorar la postura, el core y fortalecer las piernas en cuestión de poco tiempo. Los expertos en actividad física recomiendan hacerlo durante un minuto seguido o, en el peor de los casos, llegar a las diez repeticiones.
El ejercicio ideal para fortalecer las piernas y mejorar la postura desde casa
La caminata del pato o duck walk es un ejercicio dinámico que consiste en caminar mientras se mantiene una posición de sentadilla profunda. De hecho, su característica distintiva es que en ningún momento se debe salir de la posición de sentadilla profunda durante el desplazamiento.
A la hora de realizar este exigente ejercicio, las caderas deben de estar por debajo del nivel de las rodillas y los pies ligeramente separados y apuntando hacia fuera aproximadamente unos 15-30 grados. Además, la espalda debe mantenerse recta, el pecho elevado y la mirada al frente.
Los brazos pueden extenderse al frente para ayudar con el equilibrio o colocarse cruzados sobre el pecho para aumentar la dificultad del ejercicio, y la marcha a la hora de realizarlo es indiferente. Puede ser hacia atrás, hacia adelante, o hacia los costados.
Al exigir un trabajo intenso de los cuádriceps, isquiotibiales, glúteos y aductores, este ejercicio es ideal para fortalecer las piernas, mientras que la mejora de la postura está dada por el trabajo excesivo de los músculos abdominales y lumbares.
Las personas que no deben realizar este ejercicio
Si bien la caminata del pato es un ejercicio recomendado para los adultos mayores, muchos de ellos no pueden realizarlo. Según entrenadores, esta actividad no es apta para:
- Personas con problemas agudos de rodilla
- Adultos mayores con artrosis de cadera o de rodilla en etapas avanzadas
- Adultos mayores recientemente sometidos a cirugías en miembros inferiores
- Adultos mayores con problemas de equilibrio
- Adultos mayores con hipertensión