La práctica exige que psicomotricidad y memoria se conjuguen en pocos segundos. Esa es la esencia de estas disciplinas milenarias que el maestro Omar Carrasco y su equipo de docentes vienen transmitiendo desde hace décadas en distintos rincones del país.
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Luca y Verónica practican kung fu hace 4 años en el Club San Lorenzo de Russell en Maipú. Allí se dictan clases de la escuela Shaolin Tao.
Foto: Martín Pravata/ UNO
Ahora llegó el momento de ponerse el traje para la competencia; tomar las armas y ponerse frente a cientos de personas de todo el país. Los compañeros y atletas ven con gran admiración a Verónica y a Luca, quienes representan a Mendoza en la Copa Argentina Kung Fu 2025.
"Para nosotros llegar hasta acá es haber ganado. Verlo a Luca cómo hace las formas solo provoca la satisfacción de todos y hasta de sus médicos que ven progresos gigantes en él", dijo emocionada Verónica, quien puso el acento en el grupo de Russell, en los compañeros y en los profesores Emanuel, Cristian y Andrea.
"Sus compañeros saben que Luca no habla y nadie pregunta por qué. Con una mirada pícara y cómplice le hacen un gesto y él sonríe. Con eso ya está. Los chicos desde un primer momento lo hicieron parte. En otra oportunidad, cuando intentamos fútbol, nos costó porque no lo integraron, no jugaban con él", relató poniendo en valor la empatía que tiene el grupo de Shaolin Tao para los avances de este joven competidor, que todos los días se desafía a sí mismo.
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Verónica y Lucas, junto al gran grupo de Shaolin Tao. En la foto el fundador, Omar Carrasco y los profesores.
Foto: Martín Pravata/ UNO
De las terapias a las clases de Kung Fu en Russell
Verónica y Daniel, papá de Luca, se turnan para llevarlo a las terapias integrales a las que tiene que asistir para su entrenamiento cognitivo y de lenguaje, pero además, para llevarlo al secundario a una escuela especial en Luján de Cuyo. En medio de todas estas actividades, lunes, jueves y sábado entrenan Kung Fu en el Parque Metropolitano .
"Hay veces que me duele todo después de una clase de Kung Fu y al otro día hay que ir a trabajar. Me dedico al trabajo doméstico y hago costura. Pero es tan fuerte verlo a Luca esperándome con la botellita de agua que me olvido del cansancio", aseguró Verónica.
Como tantas otras familias, hacen grandes distancias de una punta a la otra del Gran Mendoza en el transporte público, algo que suma a la rutina pero no hace fácil la rutina cuando los minutos cuentan.
Estos mamá y papá le ponen el cuerpo para dar más y mejores oportunidades a Luca. El deporte fue clave en sus progresos como la amistad de un grupo enorme que se medirá, incluso con competidores chinos este domingo.
"Queremos que Luca se curta, por así decirlo. Lo protegemos mucho, pero para nosotros acompañarlo para que se relacione y logre mayor autonomía es el mayor desafío por delante, porque uno no va a estar toda la vida", resaltó.
"Como mamá, le diría a otros padres que están en mi situación, que por los hijos lo damos todo y uno no mide. Ver a Luca así es el mayor regalo que la vida y Dios nos pueden dar", reflexionó.
La escuela Shaolin Tao y una fuerte impronta social
La escuela Shaolin Tao remonta sus orígenes a 1989 y el maestro Omar Carrasco fue el fundador de esta academia que está expandida en todo el país y también en otros países.
En Shaolin Tao se enseñan los estilos tradicionales y modernos como Changquan y el Nanquan. Además de compartir en cada clase muchos de los principios de la filosofía oriental, como el respeto, el autocontrol y la disciplina.
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Andrea Velazquez (profesora) junto a Verónica, Luca y el maestro Omar Carrasco y el profesor Cristian Palabesino en la sede del club San Lorenzo de Russell.
Foto: Martín Pravata/ UNO
Con una impronta social, el Kung Fu llega a los lugares más vulnerables de la provincia y para brindar oportunidades, se organizan distintos eventos a fin de recaudar dinero para hacer posible que competidores puedan hacer viajes como estos a Buenos Aires e incluso a otros países.
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En la escuela Shaolin Tao hay un grupo de competidores de Selección que inspira a los más jóvenes a continuar avanzando en el kung fu.
Foto: Martín Pravata/ UNO
La mayor prueba será en diciembre con el último desafío en China, en el que se espera que alumnos de las distintas escuelas de Mendoza y el país alcancen uno de los sueños más grandes, estar en la cuna de las artes marciales.
Una travesía de miles de kilómetros para admirar un mundo tan lejano, pero a la vez tan próximo por las vestimentas y los valores de la filosofía oriental.