El árbol de jade es una planta suculenta, y por lo tanto no precisa de mucho riego. El riego excesivo puede provocar la caída de sus hojas.
Si las hojas están amarillas, significa que las raíces del árbol de Jade están podridas y que han recibido mucha agua. Te aconsejamos regar una vez cada 15 días y agregar drenaje en la tierra de la planta.
Sequedad excesiva
Al contrario del motivo anterior, si no riegas a tu árbol de Jade, el mismo también puede perder hojas. El riego debe ser moderado, una vez cada 15 días. También te aconsejamos agregar un fertilizante ácido, con un pH comprendido entre 6,0 y 7,0. Las hojas pueden seguir cayendo durante una o dos semanas después de ajustar sus hábitos de riego, pero tenga cuidado de no regar en exceso en respuesta.
Temperatura y humedad
El árbol de Jade debe estar a una temperatura específica. Se aconseja que la misma sea alrededor de 15 a 21 grados Celsius durante el día y por encima de 12 grados C por la noche.
Las corrientes de aire frío o caliente que soplan directamente sobre las hojas pueden provocar la caída de las mismas.
Exposición insuficiente a la luz
El árbol de Jade debe recibir un par de horas de luz por día. Las hojas de esta planta suelen caerse cuando la misma no recibe luz, o cuando hay un exceso de la misma.
Reducir ligeramente los niveles de luz que recibe el árbol de Jade mantiene la coloración de la planta sin arriesgarse a que se caigan las hojas. En verano, intenta que no reciba el sol directo del medio día o la tarde, cuando es muy fuerte, y en invierno puedes darle todo el sol del día sin problemas.
Plagas, enfermedades o infecciones bacterianas
Finalmente, las hojas del árbol de Jade pueden caerse cuando la planta es víctima de un ataque de plagas o de una infección. Las cochinillas son la plaga más común de las plantas de jade. Sin embargo, no suelen ser tan dañinas para las hojas como para provocar su caída.