La decisión de terminar así la serie fue tomada de forma drástica, pero hubo una motivación personal detrás de ella. En una reciente entrevista brindada por Melissa Gilbert (quien hizo de Laura Ingalls), la actriz dijo que el final explosivo fue resultado del enojo de Michael Landon con la cadena NBC.
"Sabía que el productor ejecutivo y actor Michael Landon quería demoler todo porque estaba tan enojado de que NBC nunca lo llamara para decirle que la serie estaba oficialmente cancelada", explicó Gilbert en declaraciones al medio Entertainment Weekly.
"Simplemente no estábamos en la programación de otoño después de no solo 10 años de 'La familia Ingalls', sino también años de 'Bonanza'. Fue algo sumamente irrespetuoso hacia él", continuó explicando Gilbert.
"Para mí, personalmente, toda esa experiencia, desde leer el guion hasta el último día, fue el funeral más largo al que he asistido. Fue devastador y tremendamente triste", siguió diciendo la actriz.
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La idea de las explosiones también sirvieron para que los ejecutivos de la NBC no pudieran usar las instalaciones y las construcciones en otra producción.
Por otro lado, el productor Kent McCrary explicó que el equipo de producción había arrendado la tierra donde se encontraba el set y debía devolverla a su estado original.
A pesar de la explosión, dos estructuras fueron preservadas: la iglesia y la casa de los Ingalls. Melissa Gilbert explicó que se tomó la decisión consciente de no destruir la iglesia por su carga simbólica.
La casa de la familia Ingalls todavía no ha encontrado un lugar donde "descansar". "Hemos intentado donarla al Smithsonian y a tantos otros lugares, pero nadie la quiere. No estoy segura del motivo", aseguraron los productores de la serie.