Mauricio Macri y Alberto Fernández hablan frecuentemente. Al menos eso sostienen en la Casa Rosada. Pero no por ser continuo el diálogo deja de ser tenso.

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Según el diario porteño Ambito, desde la Casa Rosada Rosada afirman que le consultan todas las decisiones a los interlocutores del Frente de Todos (entre otros partidos), y desde este espacio se quejan que “nos informan de las medidas minutos antes de darlas a conocer (en el mejor de los casos)”.

La realidad es que Macri y Alberto Fernández “no se llevan bien”, es más aclaran “nunca hubo empatía” y “se desconfían mutuamente”, explican en ambos entornos. Partiendo de esta base se comprende que el dialogo entre el oficialismo y la oposición tenga tantas “idas y vueltas”.

Ponen, por ejemplo, que jamás vieron siquiera un bosquejo del proyecto de ley para reperfilar las deudas al tiempo que dudan que esta iniciativa pueda ser aprobada.

En el entorno del Gobierno en tanto afirman que el modificar los vencimientos de la deuda y del FMI fue uno de los pedidos públicos que efectuó Alberto Fernández y otros candidatos de la oposición, y ahora que lo planteamos, “se hacen los distraídos”.

En donde existe una coincidencia es que Cambiemos dice que quiere ser el primer gobierno no radical en terminar su mandato sin que el peronismo lo impida y desde las filas de Alberto Fernández también ratifican esta voluntad. “Ni un día antes al 10 de diciembre”, aseveran desde las filas del kircherismo.

Campaña

Allegados al presidente Macri sostienen que saldrán a conseguir votos para pelear el llegar a un balotaje y el eje de campaña sigue siendo el confrontar con los temores que despierta el kirchnerismo.

De hecho, Macri reunió en los últimos días a su tropa, entre ellos varios  legisladores nacionales por Mendoza par arengarlos y convencerlos de que se puede ganar en octubre o ir en busca de un balotaje.

Este miércoles ante numerosos empresarios congregados por la Asociación Empresaria Argentina el presidente Macri no dudó en diferenciarse al decir: “Hoy estamos viviendo en una República libre a la que claramente le falta seguir encaminando la economía para que salga de estas décadas de altas y bajas que tanto daño nos han hecho, pero solamente vamos a salir sobre la base de seguir diciéndonos la verdad, de respetarnos unos a otros, expresarnos en libertad sin que traiga ninguna consecuencia, y que podemos seguir batallando para tener un país donde podamos vivir sin comportamientos mafiosos ni corrupción”.

La estrategia del Gobierno será contrastar lo hecho con las acusaciones de corrupción que albergan Cristina Fernández de Kirchner y sus funcionarios. La del kirchnerismo será confrontar la situación económica.

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