Con ese panorama enfrente, los productores de uva y algunos industriales llevaron a esa mesa la necesidad de tener una "fórmula polinómica" que contemple las variables de la inflación, impacto de las inclemencias climáticas y rentabilidad, entre otras, para calcular un precio de referencia de la uva, que si bien no será obligatorio, si se tome de referencia.
Ese cálculo también contemplaría los diferentes tipos de uva y la procedencia y de hecho ya se lanzaron algunos precios de referencia que oscilan entre los $110 y los $280, aunque hay zonas, como es el Valle de Uco en las que un kilo de uva Malbec ya se comercializa por unos $320, un valor más cercano a un dólar blue.
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Cómo será el precio de la uva en una cosecha que será 25% más escaza que la del 2022
A la hora de comenzar a discutir el precio de la uva de la próxima cosecha, los productores vivieron como un ninguneo el faltazo de los referentes de Bodegas de Argentina que nuclea a los principales compradores de uva para vino.
Desde esa cámara empresarial adujeron, mediante una carta a los representantes del Gobierno, que por estatuto no pueden participar de reuniones en las que se discuta el precio del vino.
"Es preocupante el faltazo de los bodegueros, pero estamos acostumbrados al destrato. Igualmente lo positivo de la reunión es comenzar a delinear un método más científico para establecer precios de referencias de la uva, que incluya el impacto de la inflación, de lo climatológico y también de la rentabilidad. Que tenga en cuenta los distintos tipos de uva y la procedencia. Porque algunos dicen el año pasado pagamos el kilo de uva a $100 y si ahora pagamos $200 ya estamos pagando la inflación, el tema es que nominalmente es el mismo precio, y la rentabilidad es 0. Hay que incorporar todas las variantes a la hora de calcular", esgrimió Sebastián Lafalla, productor vitícola de Tupungato.
En esa búsqueda de primeras referencias, en la mesa se puso un cálculo al que llegó el INTA, contemplando el esquema de costos del productor.
Así se llegó a los siguientes parámetros: $110 para la “criolla mezcla”; de $260 a $280 para las “blancas A”; de $135 a $140 para las “blancas B”; de $230 a $240 para las “tintas A” y de $160 a $165 para las “tintas B”. Precios de contado, y si se paga en cuotas, se debe sumar un ajuste por inflación.
Sin embargo, es probable que la escasez de la próxima cosecha, que se estima será un 25% menos que la del 2022, haga que esos precios puedan subir justamente por la falta de uva.
"Lo que se ha dado es cercano a la tormenta perfecta. Hubo helada y granizo que harán que la cosecha baje notoriamente, a eso se suma una inflación de casi el 100% en todos los insumos y se adosa un dólar atrasado. Por todo esto ante la baja oferta, es probable que lo que ofrezca el mercado sea en este caso bastante cercano a lo que pidan los productores", vaticinó Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina.
Con la expectativa puesta en el pronóstico de cosecha del INV
Así las cosas y ante una discusión compleja que anticipa disputas acaloradas, todos los actores de la industria vitivinícola están ahora pendientes de lo que revele el pronóstico de cosecha del Instituto Nacional de Vitivinicultura que se conocerá el próximo viernes 17 de febrero.
De esa estimación se podrá tener un panorama cercano a lo que podría caer la cosecha de este año, ya sea por efecto del granizo y de la helada, aunque el impacto de esta última se podrá confirmar en marzo o abril, cuando los productores pesen los racimos de uva y confirmen cuánto perdieron concretamente.
Igualmente el tema ya preocupa al Gobierno nacional que consultó al titular del INV ante el fantasma -que agitan algunas bodegas- de que pueda faltar vino y por tanto sea necesario importarlo.
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Sergio Massa, a través de su subsecrtario de Agricultura, Juan José Bahilo, consultó al titular del INV, Martín Hinojosa sobre el fantasma de que pueda faltar vino y que por ende haya que importar vino. Aseguró que no permitirá importar vino hasta que no se venda toda la producción local.
"Desde el ministerio de Economía, a través del Subsecretario de Agricultura, Juan José Bahilo me consultaron por ese rumor de que iba a ser necesario importar vino y mi respuesta fue clara, hasta que no esté el total de la cosecha elaborada eso es sólo un fantasma que agitan algunos especuladores. Por eso el ministro salió a defender a los productores y confirmó que no permitirán ninguna importación hasta que no se venda lo local. Además hay que contemplar el stock de vino que hay, que entendemos alcanzará para cubrir el mercado", adelantó el titular del INV, Martín Hinojosa.