Roberto Lavagna tuvo en 2019, desde que se empezó a coquetear con su nombre para la candidatura presidencial, el denominado efecto espuma. Es decir, subió rápidamente pero también, con la misma velocidad, comenzó a bajar. Sin embargo, su hijo y actual Diputado nacional, Marco Lavagna, cree que el 15% de electores indecisos todavía puede ayudarlos a entrar en un balotaje, del que resultarían ganadores.
Lavagna junior dialogó este jueves con Radio Nihuil, donde aseguró que el diagnóstico de hace algunos meses sigue siendo el mismo, es decir que "el panorama que tiene por delante el próximo gobierno no importa quién gane las elecciones, será muy complejo".
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Esto según Marco Lavagna será peor si el ganador pertenece a alguno de los dos polos, es decir a las fórmulas Macri-Pichetto o Fernández-Fernández, ya que no tendrán la denominada "luna de miel" en sus primeros meses de mandato.
"El oficialismo hoy directamente no la tendría, ya que inmediatamente le pedirán resultados, mientras que el de los Fernández-Fernández tendría poco nivel de credibilidad sobre todo en la parte financiera, que hoy es un condicionamiento grande para Argentina", reflexionó Lavagna.
Para el Diputado Nacional, el panorama es de tal complejidad que el ganador deberá obligatoriamente "tender puentes" y esa es otra dificultad que tendrán las opciones que aparentemente pelearán por la presidencia.
"Esto para los polos que viven peleándose o acusándose, será más difícil, por eso la necesidad de que exista una tercera fuerza que pueda mirar para adelante y dejar detrás el pasado", agregó Lavanga.
De todas formas, el legislador cree que su padre, que será acompañado en la fórmula por Juan Manuel Urtubey, aún tiene chances de competir por el premio mayor, ya que en las encuestas se repite el 15% de indecisos, que en caso de inclinarse por la vía del medio, los metería de lleno en la disputa.
"Las encuestas hablan de un 15% de indecisos, por lo cual hoy los resultados de las encuestas, que dan resultados de los más variados, hay que tomarlas con mucho cuidado, porque hay una volatilidad muy alta del voto", expresó.
Eso, para Lavagna, habla de que existe "una gran proporción de la sociedad" que no quiere ni un extremo ni el otro y es responsabilidad de ellos mostrar que son esa alternativa.
Lavagna, por la experiencia
Cuando a Marco le consultan por qué debe ser su padre el próximo presidente, la respuesta es automática, por la experiencia vivida a principios de la década del 2000, en la gran crisis económica.
"Lavagna es el que tiene esa capacidad por una cuestión de experiencia y porque cuando le ha tocado ya lo ha hecho. En 2001-2002 vivíamos una crisis terminal, que el mismo Bergoglio que todavía no era Papa, dijo que estábamos al borde de la disolución nacional", expresó en Nihuil.
Al respecto recordó que salir de la crisis requirió de muchos consensos, una especie de acuerdo económico social que no estaba institucionalizado pero en la práctica funcionaba, es decir muchas de las cosas que "hay que hacer ahora".
"Tener a alguien que ya lo hizo, con la experiencia y con la capacidad de sentarse con los distintos actores y sectores, es muy relevante, más allá de su figura como economista técnico", dijo el legislador.
En cuanto a la disolución de Alternativa Federal, Lavagna dijo no saber por qué se perdió la unidad y que habría que consultarlo con los que se fueron (Sergio Massa, Miguel Ángel Pichetto, Juan Schiaretti), pero destacó la coherencia de su padre y de Urtubey.
"Ellos mostraron la coherencia de hacia dónde quieren ir, después no sé si los ciudadanos lo terminan premiando y lo traducen en votos, pero es muy importante a la hora de plantear el rumbo o el camino que necesita el país", cerró.