Ortiz señaló algunos de los trámites que considera excesivamente burocráticos: "Tenemos controles de todo tipo: la registración de las etiquetas, un montón de normas políticas como inicio de cosecha, fin de cosecha, grado de alcohol, liberación de los vinos, si la cosecha iba a ser mecánica o manual, control de inventarios, todo ese tipo de controles, la verdad que llevaban mucho tiempo y suman nada al producto terminado".
La queja, fundamentalmente, está en el laberinto de controles previos a tener el producto terminado.
La directora de Bodegas de Argentina sostuvo que es necesario que el INV continúe
Ortiz, quien también es CEO de Fincas Patagónicas, destacó la importancia del INV a nivel internacional y sostuvo que es necesario que continúe operando. Lo mismo opina el gobierno nacional que no lo disolvió sino que le quitó su carácter autárquico para transformarlo en una unidad organizativa bajo la órbita de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, con sede en la Avenida Paseo Colón 982, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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Destacaron la importancia del INV a nivel internacional y sostuvo que es necesario que continúe operando.
"La certificación que se hace en los productores es analítica y creemos que esa es una de las funciones que debe mantener el INV. Por ejemplo, debe certificar que cuando se vende un Malbec de cierta zona, ese vino realmente proviene de esa zona y que cumple con las normas de inocuidad", explicó.
"Hoy el INV tiene un reconocimiento internacional que es importante, con lo cual nosotros no queremos que desaparezca. Nos parece muy importante, pero sí debe haber una reingeniería de lo que hoy está haciendo", completó.
Sobre estas certificaciones que seguirá realizando el INV, que pasarán a ser voluntarios de ahora en más, explicó que "el vino, como todo producto alimenticio, se tendría que controlar en la góndola y en el caso de la exportación en su salida, pero siempre cuando el producto está terminado".
"Se pueden realizar controles de forma aleatoria y ver que las declaraciones juradas no estén falsificadas o que no estén alteradas", dijo.
"El mayor control que tenemos nosotros es el consumidor, porque es el más exigente de todos y tratamos de hacer el mejor vino porque queremos vender una segunda botella", agregó.
Los cambios que le hará al INV el gobierno de Javier Milei
El gobierno nacional confirmó el lunes cambios en siete organismos clave del sector agroindustrial, entre ellos el INV, por "exceso de fiscalización", junto con el INTA, el INTI y otros.
El INV pasará a ser una "unidad organizativa" dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, manteniendo su nombre. Actualmente, la institución cuenta con 459 empleados en su sede central en Mendoza y delegaciones en distintos puntos del país, con un presupuesto anual de $12.120 millones.
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Luis Caputo, ministro de Economía.
El Ministerio de Economía señaló que "el INV ha desplegado una excesiva actividad fiscalizadora en la cadena productiva, ejerciendo controles redundantes e innecesarios que generan sobrecostos, burocracia y distorsiones", afectando la competitividad del sector, especialmente de los pequeños productores.
De su degradación el INV mantiene sólo la facultad de certificar calidad porque "el proceso es valorado en los mercados de destino". Pero tendrá carácter de "voluntario", es decir, podrá proceder a pedido del productor interesado.