Hoy, un año y medio después de aquella derrota, el bloque de los intendentes peronistas está intentando consolidarse como un factor de poder. Pero no hay, hasta ahora, señales contundentes de que eso esté decantando en la consideración de la población en general.
El kirchnerismo parece no haber comprendido por qué la población de esta provincia se volcó tan masivamente a favor de Javier Milei en lo nacional y por qué Cornejo volvió a ganar aquí. Pero sobre todo no han terminado de digerir que son ellos los han quedado desfasados, no el mundo que los rodea.
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El Rubicón: famoso río ligado a la historia de Julio César, que ha quedado como un emblema de la necesidad de tomar una decisión que sea propicia para un nuevo futuro. "La suerte está echada" fue la frase que la historia le asigna a Julio César al decidirse a cruzar hacia las Galias.
El Rubicón
El peronismo republicano de Mendoza, que es el que debe afirmarse para tomar claramente la posta en el PJ local, no encuentra todavía un relato seductor ni un líder potente. Debería esforzarse porque de los 11 gobernadores consagrados desde el retorno a la democracia, 6 fueron radicales y 5 peronistas. Es decir que el PJ tiene un historial que lo respalda para soñar con volver al Sillón de San Martín.
Para eso el peronismo provincial tiene que cruzar el Rubicón, aquel famoso río tan ligado a la historia de Julio César, que ha quedado como un emblema de la necesidad de tomar una decisión que sea propicia para un nuevo futuro. "La suerte está echada" fue la frase que la historia le asigna a Julio César al decidirse a cruzar hacia las Galias.
El Justicialismo, a cargo, desde diciembre pasado, del tres veces intendente de San Rafael Emir Félix, está viviendo un cambio lento. Sigue sin hallar el tono adecuado de innovación que le permita afrontar las elecciones legislativas de este año con alguna chance de, por lo menos, salir segundos.
La clave es que el peronismo necesita amigarse con los mendocinos. Volver a comprender el gen distintivo de los ciudadanos de esta provincia. Se están haciendo intentos para macerar algo, pero aún no dan de lleno en el blanco.
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Sagasti resiste
Esa situación ha envalentonado a Anabel Fernández Sagasti a bajar a Mendoza para verter exigencias a la nueva conducción de Emir Félix. Busca que cumplan la catequesis del Instituto Patria. Habla de unidad y de tirar del mismo carro siempre que la conducción la tenga ella.
El tema es que ella ya no manda, según le están indicando desde el "emirato", donde estiman que la forma más democrática de limar diferencias es ir a una interna que sea respetuosa de la opinión mayoritaria de los afiliados.
La reacción contra los intendentes justicialistas ha sido muy áspera de parte de la senadora nacional Sagasti, ex presidenta del PJ provincial y mano derecha de Cristina, quien es señalada por propios y extraños -sotto voce o a viva voz- como la responsable de la contundente caída del PJ provincial en la consideración pública.
"Desapichonar"
"La Anabel" ha catalogado con sorna a los intendentes del PJ y los ha tildado de ser "un frente municipal" enfrascado en "el barrido y limpieza". Además los ha conminado a que definan si están dispuestos a enfrentar con ímpetu camporista a Alfredo Cornejo y Javier Milei y a olvidarse del desdoblamiento de las elecciones municipales.
También les ha advertido que si no siguen el libreto cristinista, su grupo la va a presentar para diputada nacional por fuera del PJ. En realidad el libreto de Cristina no lo está siguiendo ni el que debía ser su propio delfín en la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, cuya sublevación, para suavizar, es presentada no contra Cristina sino contra La Cámpora y Máximo Kirchner.
Sagasti no puede aceptar que La Cámpora ya no tenga incidencia. Acostumbrada a mandar por haber tomado clases personalizadas con Cristina, la senadora mendocina logró en los últimos años -hay que reconocerlo- tener "apichonado" al resto del peronismo mendocino, en particular a los intendentes peronistas, que no exhibieron por entonces la capacidad de reacción que ahora sí están empezando a mostrar.